Tour de Flandes: los 17 muros que harán de la clásica belga un revienta piernas

    • La segunda de las clásicas del calendario ciclista se disputa entre Brujas y Oudenaarde, sobre un recorrido de 257 kilómetros.
    • A lo largo de la prueba, los ciclistas deberán superar 17 muros que convierten la carrera en una prueba para súper-hombres.
Imágenes del Tour de Flandes de 2011
Imágenes del Tour de Flandes de 2011

Los ojos del ciclismo internacional están hoy puestos en Bélgica. Entre Brujas y Oudenaarde se celebra la 100ª edición del Tour de Flandes, una de las cinco clásicas por excelencia del deporte de las dos ruedas. Corredores del máximo nivel como Cancellara, Sagan, Boonen o Chavanel competirán por ser los ganadores de una carrera que llevará sus energías al extremo.

Sólo uno de los ciento doce corredores será recordado, será el que inscriba su nombre en la historia. Los que la acaben detrás de él, simplemente tendrán el honor de ser llamados los valientes segundones.

En cualquiera de los dos casos, los ciclistas habrán ya superado una jornada fatigante, desalentadora, infinita, dura psicológica y físicamente. Los 17 muros del Tour de Flandes -11 de ellos con tramos de pavé- serán los jueces que dictaminen si los corredores valen o no para este deporte.

Tras unos noventa primeros kilómetros llanos, llegará el primer sobre-esfuerzo del día. Será la cota de Tiegemberg, cuya ascensión se prolonga 750 metros. Veinte kilómetros después llegará el Taaienberg, un muro de 800 metros de longitud y completará el trío inicial el Eikenberg, casi en el ecuador de la etapa, y cuya longitud es poco más de un kilómetro. Estas tres primeras colinas tienen un desnivel medio del 5,6%, algo suave en comparación con lo que vendrá a continuación.

En el kilómetro 135 llegará el Molenberg, de sólo 500 metros de longitud pero con una pendiente del 9,8%, una auténtica pared. Un tramo de falso llano llevará a los ciclistas hasta el primer enlace de muros consecutivos. En once kilómetros, los corredores deberán afrontar el Krekelberg (1,2 km al 4%), el Berendries (0,9 km al 7,2%) y el Valkenberg (1,5 km al 4,7%).

En el último cuarto de la etapa y ya con 180 kilómetros en las piernas, los ciclistas encararán el encadenado Oude Kwaremont (2,2 km al 4,2%) - Paterberg (0,4 km al 13,8%) hasta tres veces, coronando la última vez el Peterberg a trece kilómetros de meta y con un recorrido bastante favorable.

Durante esos 70 kilómetros finales, además de ese dúo de puertos, los ciclistas también desafiarán al Koppenberg (600 metros al 11,6%), al Steenbeekdries (700 metros al 5,3%), al Krisberg-Hotond (2,5 km al 5%) y al Hoogberg/Hotond (3 kilómetros al 3,5%).

Cuando lleguen a meta, los ciclistas habrán estado más de seis horas y media sobre la bici, afrontando casi 20 kilómetros en subida con pendientes de más del 22 por ciento y con muchos tramos de adoquines, tan peligrosos como incómodos.

Lo único que faltará para acabar de inhumanizar la prueba será la mítica 'pared de Geraardsbergen', un tramo que no llega al medio kilómetro de longitud en el que hay un desnivel total de 93 metros y donde la inclinación del terreno llega a ser del 20%. Son históricas las imágenes de varios ciclistas echando pie a tierra en este muro.

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