La relación entre jugadores y árbitros suelen ser distantes pero hay a futbolistas que la situación se le va de las manos. Mateo Paraná, jugador del Boavista brasileño se pasó de cariñoso con el colegiado que dirigía el partido contra Tigres y le dio un abrazo tras pitarle un penalti inexistente.
Los hechos ocurrieron de la siguiente manera: un jugador del Boavista puso un centro desde la derecha y el balón supuestamente tocó en la mano de un jugador de Tigres. Ahí el árbitro señaló la pena máxima y el jugador del equipo local se abrazó al colegiado. Finalmente el balón acabó dentro de la red y el Boavista ganó 3-2 el partido ante el Tigres en el torneo Carioca de Brasil.
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