Un Maccabi lastrado y renovado buscará su segunda intercontinental en Brasil

  • Renovado por exigencias del talonario y lastrado por la guerra en Gaza, Maccabi de Tel Aviv emprende hoy una gira por América cuya primera parada es Brasil, donde este viernes buscará su segunda Copa Intercontinental de la Fiba frente al Flamengo en Río de Janeiro.

Javier Martín

Tel Aviv, 23 sep.- Renovado por exigencias del talonario y lastrado por la guerra en Gaza, Maccabi de Tel Aviv emprende hoy una gira por América cuya primera parada es Brasil, donde este viernes buscará su segunda Copa Intercontinental de la Fiba frente al Flamengo en Río de Janeiro.

Aunque en esencia mantiene el bloque del pasado año, el equipo afronta la nueva temporada con dos cambios esenciales, ambos en un factor del juego, la dirección, clave en su sorprendente consecución de la Euroliga.

En el banquillo ya no estará el norteamericano David Blatt -ahora al frente de los Clevaland Cavaliers-, y en la pista tampoco oirá la voz de Tyresse Rice, MVP de la 'Final Four', al que este año han tentado los millones rusos de Khimki.

Para sustituirlos, el equipo ha optado por entregar la batuta de la banda a quien durante cuatro años ha sido el segundo entrenador, el israelí Guy Goodes, quien se enfrentan al doble reto de hacer olvidar al estadounidense y mantener su listón.

Un reto monumental que no ha comenzado con buen pie después de que Maccabi perdiera el pasado jueves la Copa de Campeones de Israel frente a su eterno rival, el Hapoel Jerusalén.

"Hemos empezado la temporada tarde a causa de la guerra que había en Israel. Perdimos algo así como una semana de entrenamiento. El torneo lo perdimos pero no jugamos bien", explicó Goodes, que jugó ocho temporadas en Maccabi.

"Echamos de menos a algunos jugadores importantes como Soflokis Schortsanitis porque no estaba listo o David Smith que se reincorpora después de algunas lesiones. No teníamos a todo el grupo, pero fue un buen entrenamiento y oportunidad de práctica", agregó.

Aun así, Goodes confía en las posibilidades de Maccabi en Río de Janeiro, donde tratará de conquistar un trofeo que ya levantó en 1991.

"Es una buena oportunidad para nosotros, ya les dije a los jugadores, tener un lugar en los libros de historia", afirmó.

El técnico, que se ha puesto como objetivo volver a la Fase final, admite que tanto la fortaleza de la escuadra brasileña como el ambiente en el pabellón harán que el partido sea muy duro e intenso.

"La atmósfera va a ser buena, hay que disfrutar el momento. Conocemos bastante el equipo, hemos visto a los nuevos jugadores que han llegado. Es un buen equipo. Hemos visto un par de partidos y están jugando fuerte y bien", afirma.

Una opinión similar a la de Marquez Haynes, el base tejano llegado del Montepaschi Siena que tendrá la compleja labor de sustituir a Rice, con quien compartió universidad en Boston.

"Sé poco de ellos, empezamos a hablar ayer. Hay unos cuantos jugadores en el equipo muy buenos, no va a ser fácil pero nos estamos preparando para todo", explicó a Efe Haynes, ex del Gran Canaria, y que en 2013 a punto estuvo de fichar por los Washington Wizzars.

Lesionado Schortsanitis, y con Devin Smith -otra de las estrellas de la campaña pasada- aún renqueante de una lesión, Maccabi se encomendará a la agilidad bajo tableros de Alex Tyus, a la capacidad anotadora de su capitán y estrella, Guy Pnina, al siempre irregular Yogev Ohayon y a la efectividad de Sylven Landesberg.

El base de Brooklyn es uno de los hombres franquicia del Maccabi, a donde llegó hace tres temporadas, y uno de los que más finos ha iniciado la temporada.

El jueves, en Jerusalén, anotó 20 puntos -al igual que Pnina- y sostuvo al equipo hasta el final.

"La temporada acaba de empezar, aún nos estamos conociendo los unos a los otros y descubriendo el sistema. Hemos empezado a adaptarnos y una vez que lo hagamos seremos un buen equipo", explicó a Efe.

"Tenemos a los jugadores y al entrenador para hacerlo. Sobre Brasil, es una Copa, Maccabi sabe de esto y es una oportunidad de añadir una nueva victoria en la historia y estamos emocionados por hacerlo", agregó.

"No sé mucho sobre ellos, por lo que he escuchado son un muy buen equipo. Si están en el campeonato de América Latina tienen que ser bastante buenos", subrayó el americano-israelí.

Tras la Intercontinental, a Maccabi le espera lo que técnicos, directivos y jugadores califican como el mejor regalo: viajar a Cleveland para protagonizar el primer partido de Lebron James en su regreso a los Cavaliers.

Un encuentro doblemente emocionante porque en el otro banquillo estará el hombre que les llevó a la cima europea.

"Queremos ganar la Copa, eso le da honor y legado al equipo y eso es lo que queremos hacer primero. Va a ser un juego divertido, ir allí, ver al entrenador. Va a ser divertido pero lo vamos a ganar; no nos importa contra quien jugamos sino ganar", concluyó. EFE

jm/ea

Mostrar comentarios