Un médico que le conoce desde hace años insinúa que a Schumacher tiene un futuro negro

    • "La esperanza de vida para un paciente en el estado de Michael que no mejora neurológicamente va de unos meses a pocos años", dice el Dr. Harstein.
    • La familia del piloto se está gastando 125.000 euros semanales en la rehabilitación del piloto que apenas ha mejorado en diez meses.
Despedida de Ferrari en 2006
Despedida de Ferrari en 2006

Gary Hartstein, médico que conoce a Michael Schumacher desde sus inicios en la Fórmula 1, se ha mostrado dramáticamente pesimista sobre el futuro del mejor piloto de todos los tiempos en la Fórmula 1. "El mundo está asistiendo al largo adiós del gran campeón", explicó. "La esperanza de vida para un paciente en el estado de Michael que no mejora neurológicamente va de unos meses a pocos años. A medida que pasa el tiempo es más complicado que Michael salga", zanjó.

Han pasado más de diez meses desde el fatídico accidente de esquí en la estación de Meribel durante la Navidad de 2013 y la realidad es que Michael Schumacher ha mostrado muy poca mejoría. Aunque hace semanas fue trasladado a su casa, el desmedido optimismo a raíz de su "salida del coma", fue irreal para Hartstein. "Estaba inducido al coma para limitar la actividad cerebral. Que salga de ese estado creo que es algo normal y que no quiere decir nada. Fue una utilización cínica del lenguaje", dice el doctor en Daily Mail.

Pese a la casi nula respuesta, la familia Schumacher no está escatimando en gastos. Cada semana se están gastando 125.000 euros en instrumentos, personal, fisioterapeutas y médicos que están trabajando en la rehabilitación del gran campeón. El alemán recibe largas sesiones de masaje cada día para intentar estimular su actividad muscular. Todo el personal que está entrando en la finca, una mansión con cuarenta habitaciones, helipuerto y varias salas de cine, tiene que entregar su teléfono móvil antes de entrar a trabajar para preservar la intimidad del piloto.

Según fuentes cercanas a la familia, Schumacher tiene vagos momentos de cierta lucidez a lo largo del día, pero es incapaz de articular palabra o mover los labios. Se comunica parpadeando o asintiendo la cabeza con suma suavidad.

El tratamiento al piloto en su casa, con el refuerzo cognitivo que supone estar en su propio entorno, está siendo explorado también. Alrededor de la cama de Michael, hay regalos que hizo a sus hijos cuando eran pequeños o premios que ganó durante su exitosa carrera en la Fórmula 1. Ni los mejores médicos que el dinero puede comprar, ni el cariño de Corina, su esposa, y sus hijos, parece que pueda devolver al mundo al Michael Schumacher que salió a esquiar esa mañana de navidad.

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