Una réplica de la Barcelona World Race muestra la pasión de navegar a vela

  • El IMOCA 60 Mirabaud es un barco de la Fundación Navegación Oceánica Barcelona, que organiza la regata Barcelona World Race y que va atracando por los diversos puertos catalanes para enseñar la pasión por la navegación a vela.

Rafa Quílez

Cambrils (Tarragona), 20 oct.- El IMOCA 60 Mirabaud es un barco de la Fundación Navegación Oceánica Barcelona, que organiza la regata Barcelona World Race y que va atracando por los diversos puertos catalanes para enseñar la pasión por la navegación a vela.

Cuenta como patrón con Sergi Tena, y como marinera con Natalia Vía Dufresne, doble medallista olímpica de plata en Barcelona 92 y Atenas 04, y esta semana han atracado en el Club Náutico de Cambrils (Tarragona) para transmitir "la experiencia de navegar a vela en un barco de competición", ha señalado hoy Tena a un grupo de periodistas que ha participado en una travesía por aguas de la Costa Dorada.

Todos los participantes se han tenido que arremangar y dejar de lado las libretas, los bolígrafos y las cámaras para ayudar a izar la vela mayor, de 180 m² -las tres velas del IMOCA suman 500 m²-, o agacharse para no ser golpeados por la botavara. Y todos han podido llevar el timón un rato y sentirse como el capitán Acab.

El IMOCA es un barco de 20 años de antigüedad, de 18 metros de eslora por 5 de manga, construido en fibra de vidrio y de 12 toneladas de peso que esta fundación utiliza para enseñar a los profanos lo que supone navegar a vela y para que se hagan una idea de en qué consiste la Barcelona World Race (BWR).

Se trata de una regata sin escalas que da la vuelta al mundo, que sale y acaba en Barcelona tras pasar por el Cabo de Buena Esperanza, el Océano Índico, el Cabo de Hornos y el Océano Atlántico.

El pasado 31 de diciembre se dio la salida de su segunda edición, que ganó el IMOCA 60 Paprec 3 Virbac, un barco francés, tras 91 días de navegación en los que recorrió 25.000 millas -46.300 kilómetros-, a una media de 500 kilómetros diarios.

Todos los barcos participantes pertenecen a esta clase, los IMOCA, que tienen 60 pies de largo, y cuentan con únicamente dos tripulantes, aunque los participantes en esta segunda edición son más modernos por estar construidos en fibra de vidrio, lo que les resta cuatro toneladas de peso, y por tener la quilla pivotante.

Se trata de una regata dura pues en la Volvo Ocean Race, que empezará en dos semanas en Alicante, compiten barcos IMOCA 70, o sea, de 70 pies, pero por etapas y con diez tripulantes. Así, si participar en la BWR supone un presupuesto de 6 millones de euros, en la Volvo el gasto sube hasta 30, que se convierten en 110 en la competición más famosa, la Copa del América.

"Somos el París-Dakar de la navegación, y la Copa del América sería la Fórmula Uno", indica la española Vía Dufresne, que reitera que la tercera edición de la BWR zarpará de Barcelona el 31 de diciembre de 2014 y, como las anteriores, la podrán seguir los escolares gracias a un programa educativo que pone a su servicio la Fundación.

Vía Dufresne, que nunca había competido en un barco tan grande, destaca que "lo importante al dar la vuelta al mundo en un IMOCA 60 es llevarte bien con tu compañero y, sobre todo, descansar cuando te toque".

Como la finalidad es competir, se trata de eliminar peso, y por ello no hay "ni camas, ni duchas, ni nevera, solo herramientas, comida y ropa". La ropa, eso sí, envasada al vacío, y la comida, deshidratada y liofilizada, se mezcla con agua y se come con cuchara, como los astronautas.

"Te acostumbras, está buena", dice la medallista olímpica, que recalca que el dietista de cada equipo enumera los envases para saber qué día tienen que comer cada cosa -3.500 calorías en el Ecuador y 6.000 en el Índico-.

Cara al viento y con una velocidad de ocho nudos, Vía Dufresne comenta que cuando llegan a tierra los participantes, además de una comida con alimentos frescos, "quieren ver gente y sufren de agujetas en cuanto caminan un poco".

Y eso que son "atletas muy bien entrenados", lo que no evita que si caen al agua en el Índico, con temperaturas bajo cero, "están muertos por hipotermia en 6 minutos", como asegura Sergi Tena.

El IMOCA 60 estará en Cambrils hasta el domingo 23 de octubre, cuando volverá a su base en el Hotel Vela de Barcelona, de donde zarpará el día 27 hacia La Escala (Gerona), para permanecer allí hasta el día 30 y desplazarse luego a Llançà en su recorrido promocional.

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