Valencia Basket celebra diez años del título que cambió su visión de Europa

  • El Valencia Basket celebrará mañana el décimo aniversario de la conquista de la Copa ULEB, un título que inauguró su palmarés continental y que, al abrirle las puertas de la Euroliga por primera vez, cambió definitivamente su visión de Europa.

Valencia, 23 abr.- El Valencia Basket celebrará mañana el décimo aniversario de la conquista de la Copa ULEB, un título que inauguró su palmarés continental y que, al abrirle las puertas de la Euroliga por primera vez, cambió definitivamente su visión de Europa.

El 24 de abril de 2003, en un pabellón de la Fuente de San Luis a rebosar y teñido completamente de 'taronja' (naranja), el capitán del conjunto valenciano, Víctor Luengo, alzó el trofeo que acreditaba al club como ganador de la primera edición de la Copa ULEB.

El club valenciano vio así satisfecha la gran inversión presupuestaria que había realizado con fichajes como los de Alessandro Abbio, Fabricio Oberto, Alejandro Montecchia o Dejan Tomasevic, mejor jugador de aquella final a doble partido con el Krka Novo Mesto.

Tras haber encarrilado su victoria final con un triunfo en Eslovenia, en el que tuvo especial incidencia el base valenciano Nacho Rodilla (78-90), el Valencia se impuso por un ajustado 78-76 ante un público entregado.

Para el entonces llamado Pamesa Valencia, aquel título fue al mismo tiempo el final de una primera etapa en las competiciones continentales y el inicio de una nueva era en la que jugar la Euroliga se ha convertido en su gran obsesión.

Con aquella conquista, el club se sacó la espina de las dos finales perdidas de la Copa Saporta. La derrota ante el Benetton de Treviso en 1999 dolió porque habría sido el broche perfecto a su primera aventura continental y porque miles de aficionados se desplazaron a Zaragoza a ver la final y escoció la de 2002 ante el Montepaschi Siena porque la entidad pensó que ya había ganado la madurez que requería un título.

Con el título, el segundo de su palmarés pero el primero de ámbito continental, además del trofeo, el club se llevó también una invitación para jugar por primera vez en su historia la Euroliga, lo que le situó en la temporada 2003-04 en la elite del baloncesto continental.

Y a la entidad le enamoró la experiencia. El club multiplicó su impacto en los medios de comunicación, la Fonteta se llenó cada semana para ver pasar a algunos de los mejores equipos de Europa y, además, el equipo compitió sin complejos, superó con solvencia la primera ronda y en la segunda sólo su negativa a jugar en Tel Aviv en medio de un ambiente pre-bélico por el conflicto entre Israel y Palestina le dejó sin opciones de estar en la Final a Cuatro.

Ese fue el primer gran desencuentro con la organización de la Euroliga, con la que hace un par de años volvió a enfrentarse por el sistema de invitaciones 'semi-permanentes' de tres años a algunos equipos, que limitaban su posibilidad de clasificarse según sus méritos deportivos de cada año en la Liga ACB.

Pero más allá de esas discusiones, desde que ganó aquella Copa ULEB de 2003, en el club se instaló la idea de ganarse un hueco permanente entre los más grandes del baloncesto europeo. En 2010, la sucesora de la ULEB, la Eurocopa, le volvió a conceder un pasaporte, del que se quedó a un paso la pasada campaña y a dos en esta.

Tal vez por eso, en el club empieza a instalarse la idea de que si quieren ser un equipo de Euroliga de pleno derecho deben recorrer el camino más largo, el de la Liga ACB. El 'atajo' de la Eurocopa puede ser un complemento puntual pero no será nunca una opción estable.

Se espera que la perseverancia en mostrarse como un equipo competitivo temporada tras temporada en la competición doméstica acabe por obligar a cambiar el 'statu quo' actual en el que el FC Barcelona, el Real Madrid, el Caja Laboral y el Unicaja son los elegidos para jugar de manera continúa la Euroliga, la gran obsesión del Valencia Basket desde el 24 de abril de 2003.

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