Valencia debe ganar al Oostende para asegurarse un liderato sin premio

Valencia, 14 dic.- El Valencia Basket afrontará la próxima semana la última jornada de la primera fase de la Eurocopa ya clasificado para la segunda y con la obligación de ganar en la pista de un Telindus Oostende ya eliminado para asegurarse el liderato del grupo que, paradójicamente, le complicaría el camino al título de la competición.

En el encuentro del martes ante el Asvel Baslet, pese a que ganaba por 20 puntos a falta de poco más de tres minutos para acabar el choque, el equipo valenciano venció únicamente por ocho puntos por lo que no recuperó el 'basket average' con el equipo francés, que le había ganado por nueve en la ida, y no se aseguró matemáticamente la primera posición del grupo.

Para acabar finalmente primero, el equipo valenciano debe ganar al Oostende aunque en el caso de que pierda también sería primero independientemente del resultado que obtenga en Bélgica si también lo hace el Asvel en su choque contra el Lukoil Academic Sofia y es el equipo búlgaro el que accede a la segunda ronda.

En líder del grupo de Valencia quedará encuadrado en el grupo J de la segunda fase, en el que ya tiene asegurada su presencia el Khimki ruso, el principal candidato al título, y en el que seguramente también estará el BC Donest ucraniano. La otra plaza se la disputarán el Aris griego y el Rudupis lituano.

En cambio, el segundo clasificado del grupo del Valencia irá al grupo I y se medirá al Nymburk checo, al Riga letón y, seguramente al Gravelines, que sólo perdería la primera plaza y pasaría al grupo J si pierde en la pista del Donest por más de 15 puntos.

Quedar segundo, por tanto, ofrecería al equipo valenciano unos rivales mucho más asequibles teóricamente para la segunda fase y también unos viajes mucho más cómodos porque quedar encuadrado en el grupo J podría suponer viajar a Rusia, a Ucrania y a Lituania y estar en el grupo I podría implicar viajar a la República Checa, Letonia y Francia.

Además, quedar encuadrado en el grupo I implicaría, si se cumplen los pronósticos, evitar al Khimki ruso hasta una hipotética final de la que el equipo del norte de Moscú será el anfitrión de la final entre cuatro de la competición.