Vancouver 2010: Defago, el 'otro Didier' se corona en la prueba reina de los Juegos

  • El esquiador suizo Didier Defago sorprendió a los principales favoritos en la prueba de descenso de los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010 y se colgó la medalla de oro encabezando un ilustre podio en el que le secundaron dos antiguos campeones de la Copa del Mundo, el noruego Aksel Lund Svindal y el estadounidense Bode Miller.
Didier Defago, escoltado en el podium
Didier Defago, escoltado en el podium
lainformacion.com
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El suizo Didier Defago, que se había ganado la plaza en los entrenamientos previos, se convirtió en campeón olímpico de descenso, al ganar la prueba que se disputó en la pista de Whistler Creekside, sede de la competición de esquí alpino de los Juegos de Vancouver.

Defago cubrió la pista Dave Murray, de 3.105 metros de longitud, con salida a 1.678 metros y un desnivel de 853 en un tiempo ganador de un minuto, 54 segundos y 31 centésimas que le hicieron acreedor al título olímpico en la prueba reina del esquí alpino.

El suizo se impuso por delante de dos 'pesos pesados', dos dobles ganadores de la Copa del Mundo: el noruego Aksel Lund Svindal, que se colgó al pecho la plata, al bajar a siete centésimas del ganador; y el estelar y excéntrico Bode Miller, que entró a 9 y logró bronce para Estados Unidos.

Y entró en la historia como el tercer suizo en ganar un descenso olímpico, después de Bernhard Russi, en Sapporo'72 (Japón), y Pirmin Zurbriggen, que fue campeón en Calgary'88, en los únicos Juegos de Invierno que hasta el momento había organizado Canadá.

Defago le robó el protagonismo a su compatriota y tocayo Didier Cuche -plata en el supergigante de Nagano (Japón), hace doce años-, que partía como el teórico hombre a batir, a pesar de esquiar con el pulgar derecho roto en el que porta una placa y siete tornillos.

Cuche había impresionado en los entrenamientos, en los que logró su clasificación olímpica, en duelo interno helvético, el 'otro' Didier, Defago, que sólo ha ganado dos descensos en Copa del Mundo -en la que cuenta tres victorias-, pero los dos más importantes del circuito.

Lo hizo la temporada pasada, cuando se impuso, primero, ante su público en Wengen y una semana después en el Hahnenkamm, en Kitzbuehel (Austria). Hoy se proclamó campeón olímpico: Defago ya se puede morir tranquilo.

Ganó el oro que quería Cuche, que salió de Whistler decepcionado con el sexto puesto, pero tendrá una nueva oportunidad de subir a lo más alto del podio en el supergigante.

Gran sorpresa

Otro de los favortios, el austriaco Michael Walchhofer, que había 'perdido' el oro olímpico en Sestriere, hace cuatro años, cuando se lo arrebató, con el dorsal 30 -en el último suspiro pero con enorme claridad-, el francés Antoine Demeriaz tampoco estuvo muy fino este lunes.

Consciente de que éstos pueden ser los últimos Juegos, arriesgó y al final se fue al décimo puesto, inmediatamente por detrás de su compatriota Klaus Kroell, en una jornada en la que la honrilla austriaca la salvó uno de los 'tapados', Mario Scheiber, que cometió un error que le dejó fuera del cajón y se marchó con el siempre amargo cuarto puesto.

Peor le fue a Canadá, que esperaba mucho, en especial de Manuel Osborne-Paradis -que tiene casa aquí, en Whistler- llamado a glorificar en su patria a los 'crazy canucks' el grupo de alocados canadienses que cuestionó el dominio europeo en la prueba reina en los años 70.

Uno de ellos era Dave Murray, fallecido hace veinte años, y que da nombre a la pista donde hoy ganó Defago. Los otros tres eran Ken Read -que en diciembre de 1975, al hacerlo en Val D'Isere (Francia) se convirtió en el primer no europeo en ganar un descenso de Copa del Mundo-, Dave Irwin y Steve Podborski, el más joven y laureado de todos ellos, bronce en Lake Placid'80 (EEUU) y primer esquiador de fuera de Europa que ganó la Copa del Mundo de descenso, en 1982.

Osborne falló y no entró si quiera entre los primeros quince. Mantuvo más o menos el tipo Erik Guay, que tras ser cuarto en Turín (en súper), volvió a estar cerca del podio, pero se tuvo que conformar con el quinto puesto final.

Patrick Jaerbyn, que a sus 40 años es el abuelo de las pruebas alpinas, abrió la pista. El sueco se quedó muy lejos de los puestos de honor, pero a su edad tampoco se le puede pedir más. Contento puede estar Marco Buechel, que con dos años menos, todavía acabó octavo, por detrás del mejor francés, David Poisson.

Miller entró en meta sonriente, a pesar de haber bajado con el dorsal. Se sabía en tiempo de medalla. Sólo mejoraron su tiempo Svindal, valor infalible del deporte noruego; y el suizo más feliz del planeta en estos momentos.

Los dos españoles participantes, el catalán Ferrán Terra y el vasco Paul de la Cuesta, no entraron entre los mejores cuarenta. Terra bajó en un minuto, 58 segundos y 85 centésimas, a 4.54 de Defago. El donostiarra De la Cuesta marcó un crono de 1:59.84, a 5.53 del flamante campeón olímpico.

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