Vitali Mutko, el indispensable e inamovible patrón del deporte ruso

  • Las acusaciones de dopaje organizado lanzadas contra Rusia por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) han colocado al ministro de Deportes ruso Vitali Mutko en el centro del escándalo, una posición que este allegado del presidente Vladimir Putin ha ocupado con frecuencia, sin que ello le haya perjudicado en su carrera.

En un informe explosivo, la AMA acusó a Rusia, desde sus atletas a las altas esferas del Estado, de "dopaje organizado" al punto de denunciar una "cultura enraizada de la trampa".

Y para Dick Pound, el jefe de la comisión independiente que realizó el informe, "no es posible" que Vitali Mutko no estuviese al corriente de todos este sistema.

El ministro de Deportes, de 56 años y con pinta de bonachón, reaccionó a este escándalo con la misma estrategia que ha utilizado cada vez que ha estado implicado en un problema: negarlo todo.

"No somos los únicos en tener problemas (de dopaje) en el atletismo, todo el mundo tiene problemas", aseguró el patrón del deporte ruso.

A los escándalos ya está acostumbrado Mutko, que desde septiembre pasado también dirige la Federación de Fútbol. Este responsable ha visto como su cargo se convertía en más político que deportivo, con frecuencia en el frente de ataque en los enfrentamientos entre Rusia y Occidente.

Jefe del Comité de Organización del Mundial-2018, también está en el disparadero desde que las autoridades suizas anunciasen una investigación sobre las condiciones en las que la FIFA atribuyó a Rusia y Catar la organización de las Copas del Mundo de 2018 y 2022, sospechando una compra de votos.

"No hay ningún enfrentamiento entre Rusia y quien sea. Merecemos organizar el Mundial", dijo Mutko el mes pasado después de que el presidente dimisionario de la FIFA Joseph Blatter hablase de un "acuerdo diplomático" para que la Copa del Mundo de 2018 se celebrase en Rusia.

Para sus antiguos colaboradores, Mutko destaca por su capacidad de salir indemne de todos los escándalos en los que se ve envuelto.

"En el mundo del deporte, siempre hay enormes conflictos de intereses o de situaciones conflictivas. Él siempre ha podido resolverlos y poner a la gente de acuerdo", recuerda Andrei Malossolov, que dirigió el gabinete de prensa de la Federación de Fútbol y trabajó con Mutko desde 2005 a 2010.

Por lo tanto, este ministro apreciado por los medios por su bonhomía y su sentido de la réplica debe enfrentarse también a escándalos en su propio país, especialmente por su papel en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi-2014, los más caros de la historia.

Fue uno de los dirigentes rusos que supervisó los trabajos, que alcanzaron la cifra faraónica de 51.000 millones de dólares y que no se libraron de las sospechas de corrupción.

También ha sido acusado de pequeñas infracciones de la ley, como de sus notas de gastos con motivo de los Juegos de Vancouver-2010, en los que ocupó durante 20 días una suite a 1.000 euros la noche y gastaba no menos de 97 en sus desayunos.

- Apoyado por Putin -

El martes, el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov evitó pronunciarse sobre el futuro de Mutko, aunque es poco probable que su posición se vea cuestionada, ya que el dirigente cuenta con un gran apoyo: el del presidente Vladimir Putin, con el que mantiene una amistad desde hace mucho tiempo.

Al igual que michas figuras del gobierno ruso, las relaciones de Mutko y Putin se remontan a comienzos de los años 1990, cuando los dos trabajaban en la Administración en San Petersburgo, bajo las órdenes del entonces alcalde Anatoli Sobtchak.

De 1992 a 1996, Mutko fue adjunto al alcalde de la segunda ciudad de Rusia, encargado de los asuntos sociales.

"Mantenían una amistad y esa es la razón por la que Mutko acabó en el equipo de Putin", explicó Liudmila Fomitcheva, que trabajó con los dos en aquella época. "Putin no abandona a sus hombres", añadió.

Para la socióloga Olga Krichtanovskaia, especialista en las clases pudientes rusas, este pasado común "influye" en la atención que el presidente da a Mutko.

Pero el apoyo del jefe del Kremlin se debe a la lealtad mostrada por Mutko. "Putin da órdenes y esas órdenes deben ser ejecutadas. Putin considera que eso es lo que hace Mutko y, aparentemente, le considera alguien eficaz", explicó la socióloga.

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