Yuliya Stepanova, ¿verdad o traición?

La mujer que dio la voz de alarma para unos, traidora para otros: Yuliya Stepanova, atleta, dio el primer paso para que el mundo conociera el dopaje organizado en su país, Rusia, y sus revelaciones podrían dejar a muchos de sus compatriotas sin estar en los Juegos de Rio.

Ella tampoco estará en esa cita, ya que este domingo el Comité Olímpico Internacional (COI) no le autorizó a acudir a la cita brasileña por sus problemas con las normas antidopaje en el pasado. Lo que sí está claro es que en los últimos 20 meses, Stepanova, corredora de 800 metros de buen nivel, se ha convertido en uno de los nombres más célebres de la historia del atletismo.

Suspendida entre 2011 y 2013 por anomalías en su pasaporte biológico, ella y su marido Vitali, excontrolador de la Agencia Antidopaje Rusa, simbolizan el camino que debe recorrer Rusia.

Su país se encuentra ahora en plena 'Guerra Fría deportiva' ante las instancias internacionales del deporte y de la lucha antidopaje.

El COI no suspendió este domingo al Comité Olímpico Ruso, pero dejó en manos de cada Federación Internacional que decida qué rusos pueden participar en Rio. En el atletismo, sólo la saltadora Darya Klishina fue repescada por su Federación Internacional (IAAF).

Dos imágenes brindan testimonio del coraje de Yuliaya Stepanova, o de su traición, dependiendo de los puntos de vista de cada bando, ante una figura que genera sentimiento encontrados y dificilmente conciliables.

En la primera aparece con el rostro descubierto, con su marido y su hijo pequeño Robert en un documental de la cadena alemana ARD titiulado "Dosier secreto sobre el dopaje: cómo Rusia ha fabricado sus campeones". Estamos en diciembre de 2014 y ya nada volverá a ser igual para ella, para su familia y para el deporte de su país.

Stepanova desvela allí detalles de una operación de trampas a gran escala, orquestada por las autoridades deportivas rusas y cubierta de corrupción.

"Fue el nacimiento de nuestro hijo lo que nos hizo decidir hablar", afirmó más tarde a varios medios, entre ellos la revista del diario deportivo francés L'Équipe.

Stepanova y su marido Vitali recibieron entonces las iras de Moscú.

"Habría sido diferente si hubiera denunciado a todo el mundo antes de que ser suspendida, antes de que fuera cazada por dopaje. Es diferente que diga todo una vez que ha sido cazada", afirmó Vitali Mutko, el ministro ruso de Deportes, antes de calificar al marido de la atleta de "estafador".

La segunda imagen que ilustra el combate de Stepanova es más reciente y se remonta al 7 de julio de este años, en Ámsterdam, durante el campeonato de Europa.

Diecinueve meses después de esas revelaciones y ocho meses después de la suspensión del atletismo ruso por la IAAF, tras una investigación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), Stepanova está sentada en una silla, en medio de una marea de periodistas.

Yuliya Stepanova responde a las cuestiones con motivo de su regreso a la competición. Acaba de ser reconocida como elegible por la IAAF para competir internacionalmente gracias a su papel en la revelación del escándalo.

"Fui bien recibida por los atletas, todas las chicas que corrían en mi serie vinieron a felicitarme por lo que había hecho, a decirme que tenía que ser valiente", asegura. Stepanova se negó a responder a la siguiente pregunta: "¿Te sientes en peligro de muerte?".

La tercera imagen podría haber llegado en agosto, pero no se producirá. Hubiera mostrado a Stepanova entrando en el estadio Olímpico de Rio, bajo bandera neutral, para defender sus opciones. Pero las esperanzas de la atleta se evaporaron este domingo.

"Pese a su contribución a la protección de los atletas", el COI no autorizó su presencia en Rio-2016 por haber sido sancionada por dopaje en el pasado. Subrayando, eso sí, que tanto ella como su marido estarán invitados a asistir a los Juegos como espectadores.

El COI le abrió también las puertas para una continuación de su carrera deportiva, proponiéndole su ayuda para unirse a otro Comité Olímpico nacional diferente al ROC ruso.

Yuliya y Vitali Stepanov viven ahora entre Estados Unidos y Canadá, después de haber pasado por Alemania.

En el exilio, un poco como su país, que sin embargo pudo escapara este domingo al peor de sus temores: ser excluido de los Juegos de Rio y quedar apartado del resto de naciones deportivas.

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