Competencia renuncia a 150 millones en multas para liquidar 25 cárteles ilegales

  • Su plan de incentivos a la delación de pactos empresariales contra la competencia ha amparado 43 denuncias desde el año 2010.

    El denominado 'Programa de Clemencia' ha servido para desactivar acuerdos irregulares en sectores como el naviero, el de los pañales para adultos, el de fabricantes de automóviles o el de los Finos de Jerez.

    Te interesa leer: El 70% de las multas a cárteles proceden de 'chivatazos'

La CNMC somete a consulta pública los precios mayoristas de la fibra óptica de Telefónica
La CNMC somete a consulta pública los precios mayoristas de la fibra óptica de Telefónica
EUROPA PRESS
B. P.
B. P.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha perdonado en los últimos años cerca de 150 millones de euros en multas; a cambio, ha conseguido desmantelar 25 cárteles sectoriales, constituidos de manera irregular por grupos más o menos reducidos de empresas para restringir las condiciones de competencia en un determinado mercado y sacar partido de ello.

El factor que conecta esas dos cifras es el denominado 'Programa de Clemencia' de la CNMC. Se trata de una suerte de plan de estímulo del 'chivatazo', creado en la Ley de Defensa de la Competencia de 2007, que permite a empresas o personas físicas que participan de uno de estos pactos irregulares contra la competencia beneficiarse de una reducción o una exención de la multa prevista en estos casos a cambio de aportar elementos de prueba que posibiliten desmantelar el cártel.

La explicación que ofrece Competencia es algo más light y habla de ofrecer "una vía de salida para las empresas que forman parte de un cártel y quieren dar por finalizada su participación en el mismo". Desde que se pusiera en marcha el programa en el año 2010 han sido 43 las empresas y particulares que han utilizado esta vía de salida para solaz de la Autoridad de Competencia, que tiene en la eliminación de los cárteles uno de sus objetivos prioritarios, y alivio del bolsillo de los denunciantes, que se han ahorrado en todo o en parte la cuantía de la multa que les podría caer por formar parte de un pacto ilegal.El singular caso de los geles de baño

La primera vez que una empresa se acogió a este dispositivo de denuncia en España fue unos días después de su entrada en vigor, en febrero de 2008 - aunque Competencia no resolvió el asunto en 2010 -, y el caso fue tan singular que permite apreciar en toda su dimensión las ventajas e inconvenientes del modelo.

Según el relato que se recoge en el expediente incoado por la entonces Comisión Nacional de Competencia, el 28 de febrero de 2008 un representante de Henkel Ibérica se personó en las oficinas de la CNC a las 9.04 minutos denunciando la existencia de un cártel en el que la empresa había participado y reclamando su inclusión en el Programa de Clemencia. Solo diez minutos después, a las 9.14, llegó un representante de Sara Lee para hacer exactamente lo mismo. Ambos denunciaban la existencia de un acuerdo bajo cuerda a cuatro bandas entre sus firmas, y otros dos supuestos competidores, Puig y Colgate Palmolive, para coordinar una reducción del tamaño de los envases de gel de baño manteniendo el precio.

Tras una exhaustiva investigación, Competencia determinó que el acuerdo implicaba una conducta colusoria que buscaba fijar de manera artificial un precio determinado en el mercado y tipificó la infracción como muy grave. Puig y Colgate Palmolive tuvieron que hacer frente a la cuantía íntegra de la multa impuesta por Competencia (2.437.317€ y 2.175.621 €, respectivamente)... ¿Qué ocurrió con los delatores? Pues, que Henkel Ibérica se libró por completo de los 4,3 millones que le correspondía pagar por ser el primero en denunciar, y que Sara Lee se tuvo que conformar con una reducción del 40% en su sanción, que quedó en alrededor de 2,5 millones de euros, desde los 6,2 millones que le hubiera correspondido pagar. Esos diez minutos de retraso le salieron caros.Una fórmula de éxito

Desde esa primera experiencia, Competencia ha desactivado gracias a este vía pactos contrarios a la libre competencia en mercados como el de los vinos finos de Jerez, las peluquerías, las navieras, la exportación de sobres, la distribución de saneamientos, el alquiler de coches o la fabricación de automóviles.

Éste último caso continúa figurando como la mayor multa impuesta jamás por Competencia por un pacto irregular entre empresas: 171 millones de euros. Al final no fueron tantos, porque la CNMC liberó a Seat y Volkswagen de los cerca de 40 millones de euros que debían pagar por delatar la existencia del pacto.

El mayor premio por delatar la existencia de un cártel corresponde, sin embargo, a Procter & Gamble cuya colaboración permitió desarticular un pacto ilegal de fijación de precios de pañales para adultos para la venta a distribuidores mayoristas, que establecía sobreprecios de hasta el 40%. Procter & Gamble, principal beneficiario del pacto, se ahorró 68,5 millones de euros por su delación y encajó a sus socios/competidores una multa de 60 millones de euros.

La experiencia de la CNMC es que la denuncia por parte de una empresa de un acuerdo irregular de fijación de condiciones determinadas en un mercado suele alentar la colaboración por parte del resto de empresas. Así sucedió en dos de cada tres casos abiertos por una solicitud de clemencia. De las 24 solicitudes de reducción presentadas con expedientes de Competencia ya abiertos, la mitad obtuvieron algún tipo de reducción de la sanción cuando aportaron información relevante sobre la existencia del cártel.

Competencia no tiene dudas: "El programa de clemencia se ha revelado como un poderoso instrumento para la detección de cárteles".

Mostrar comentarios