El autobús es el modelo Irizar i2e, totalmente eléctrico, de 12 metros y con tres puertas dobles. Asimismo, supera la homologación R107 en el apartado de accesibilidad para personas de movilidad reducida (posibilidad de rampa manual y eléctrica) y cumple con las mayores exigencias en seguridad activa y pasiva.
El vehículo genera una huella de carbono "muy reducida", de 8,45 gramos de CO2 por kilómetro, recorrido y pasajero, y evita la emisión de unas 800 toneladas de CO2 a lo largo de toda su vida útil en comparación con un autobús convencional.
Las únicas emisiones de gases de efecto invernadero que emite son indirectas, debidas a la obtención de materias primas y la electricidad consumida en la carga de las baterías, así como al tratamiento en el fin de vida útil del vehículo.
El director-gerente de la EMT, Josep Enric Garcia, ha señalado que una de sus prioridades es renovar la flota y hacerlo con "la tecnología que sea lo menos dañina para el Medio Ambiente". "Estamos haciendo números sobre lo que nos costaría incluir algún autobús eléctrico o híbrido en la renovación de flota que, tras años en las que no se hacía, volveremos a realizar el año que viene", ha indicado.
Por su parte el presidente de la EMT y concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, ha afirmado que "es la primera vez que la EMT prueba un autobús eléctrico" y ha indicado que "ahora se está intentando recuperar el tiempo perdido tras años en los que no se potenciaba el transporte público".
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