LINDE: “NO TENGO NINGUNA RAZÓN PARA PENSAR QUE EL BANCO DE ESPAÑA NO ACTUASE EN FUNCIÓN DEL INTERÉS GENERAL”

El gobernador del Banco de España, Luis Linde, alega que la institución actuó correctamente en la gestión de la crisis bancaria, aunque reconoció que eso no quiere decir “que siempre adoptase las decisiones óptimas”.
Así consta en un artículo que hoy publica ‘El País’, recogido por Servimedia, en el que el gobernador realiza un análisis de cuál fue la actuación del Banco de España durante la crisis.
“No tengo ninguna razón para pensar que el Banco de España no actuase en función del interés general y respetando la normativa vigente en cada momento”, asevera Linde.
En este sentido, incide en que esto no quiere decir que acertase siempre, “que adoptase siempre las decisiones óptimas, bien por insuficiencias propias, bien por restricciones políticas e institucionales -severas en el sector de cajas de ahorro-, bien por deficiencias de información en casos que después, cuando han podido ser estudiados con mejor información, han tenido derivaciones, judiciales o de otro orden”.
Linde afirma que es “obligado distinguir entre insuficiencias o, incluso, errores, y actuaciones susceptibles de reproche legal”.
Con respecto a la transparencia, alega que la “confidencialidad” a la que está sujeta el Banco de España como supervisor “no le permite ofrecer una explicación pública de sus actuaciones cuando afectan a entidades concretas”.
“La actuación del Banco de España en la crisis está recogida y explicada con mucho detalle en la amplísima documentación que se ha ido publicando desde 2008 y que puede consultarse en el portal del Banco de España sobre Reestructuración Financiera”, sostiene.
El gobernador subraya que la estrategia adoptada para hacer frente a la crisis buscaba evitar la quiebra en cadena de un buen número de instituciones financieras. “Esa estrategia perseguía, utilizando recursos privados y públicos y cambios legales e institucionales, evitar la contaminación de todo el sector bancario español, haciendo posible su posterior reestructuración, eliminando el riesgo de que se produjera una crisis de confianza, tanto en los mercados como entre los depositantes”, precisa.
Otra opción que podía estar sobre la mesa era la liquidación mediante concurso de acreedores de las entidades con problemas, lo cual “habría tenido un efecto demoledor sobre la estabilidad del sistema financiero y habría supuesto la asunción de gran parte de las pérdidas por los depositantes, o por el contribuyente”.
En la estrategia adoptada primaron, según Linde, las soluciones privadas, mediante el saneamiento del balance de las entidades con sus propios recursos, a través de operaciones corporativas, acudiendo al propio sector a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y, en última instancia, mediante la inyección de fondos públicos.
En este punto, el gobernador dice que es preciso apuntar que entre 2008 y 2013 las entidades de crédito españolas realizaron saneamientos por un total cercano a los 270.000 millones de euros, asumidos en su mayor parte por los accionistas de esas entidades.
“En nuestro caso, no se consideró una solución a la inglesa, a la alemana o a la holandesa, consistente en la inmediata nacionalización de las entidades en crisis, incluso entidades de gran tamaño”, afirma Linde.
Para el gobernador, el coste de la crisis en términos de recursos públicos “ha sido elevado, si bien, en términos de PIB se sitúa cerca del registrado en otros países de la zona euro”.

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