Una imagen, tomada por el orbitador MRO de la NASA, muestra una de estas localizaciones exóticas en el Polo Sur. Muchos paisajes marcianos contienen características que son familiares a los que encontramos en la Tierra, como valles fluviales, acantilados, glaciares y volcanes. Sin embargo, Marte tiene un lado exótico también, con paisajes que son ajenos a los terrícolas.
El casquete polar está hecho de dióxido de carbono (hielo seco), que no se produce naturalmente en la Tierra. Los hoyos circulares son agujeros en esta capa de hielo seco que se expanden unos pocos metros cada año marciano.
El hielo seco nuevo se agrega constantemente a este paisaje congelándose directamente de la atmósfera del dióxido de carbono o cayendo como nieve.
La congelación en una atmósfera como esta limita el frío que la superficie puede alcanzar a -130 grados Celsius. En ninguna parte de Marte puede llegar a hacer más frío, haciendo de este paisaje el más géliod que se puede encontrar tanto en la Tierra como en Marte.
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