La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, dijo el miércoles que quería garantizar a las empresas "una máxima libertad de comercio y de funcionamiento en el mercado único" europeo una vez se consume el Brexit, al clausurar el congreso de su partido en Birmingham.
Al mismo tiempo, May precisó que el Reino Unido no iba a dejar la Unión Europea para "abandonar de nuevo el control de la inmigración". Bruselas considera que se trata de dos objetivos contradictorios y excluye que el Reino Unido acceda al mercado único si suspende la libre circulación de los trabajadores en la Unión Europea.
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