VIVIENDA. ECHEGOYEN (SAREB): "EL LADRILLO ES CONSUSTANCIAL AL SER HUMANO"

El presidente de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), Jaime Echegoyen, afirmó hoy que la falta de alternativas e incentivos a la inversión hace que el ladrillo vuelva a ser un refugio para los capitales.
Echegoyen, durante su intervención en un curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), patrocinado por BBVA en la UIMP de Santander, reconoció que la demanda de vivienda está volviendo a florecer en España.
"El ladrillo es consustancial al ser humano ibérico, parece", incidió el presidente de Sareb, antes de destacar que esta situación es consecuencia "de que no existe alternativa de inversión y debido a la volatilidad de los mercados financieros".
El primer ejecutivo del denominado 'banco malo' admitió que la demanda de pisos "empieza a desperezarse" y no sólo en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia.
En este punto, el presidente de Sareb advirtió de que están detectando que comienza a haber gente que compra inmuebles para ser alquilados, "y eso está elevando los precios de los alquileres".
DEVOLVER INVERSIÓN
Por otra parte, en relación con el modelo de negocio de Sareb, el presidente de la entidad afirmó que el plazo para la liquidación de la sociedad es de 15 años, "y si alguien piensa que nos vamos a eternizar" está equivocado porque "tenemos un plan que dice que lo vamos a cumplir".
Así, Echegoyen aseveró que la sociedad está en condiciones de devolver a los accionistas "del orden de 6.000 millones de euros de capital".
Preguntado sobre si a la Sareb le beneficia que la banca esté impulsando la venta de inmuebles, Echegoyen respondió que "no nos viene bien que todo el mundo esté intentando vender más deprisa".
En su opinión, las únicas diferencias a su favor serían que la banca tiene que cumplir con unos requisitos de capital y el tiempo del que dispone Sareb para vender sus activos. "El comodín del público es el tiempo", remachó.