Abogados esperarán 45 días para ofrecer sus servicios a víctimas catástrofes

  • La Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 de Spanair ha celebrado la prohibición a los abogados de dirigirse en los primeros 45 días después de una tragedia a las víctimas de catástrofes o sucesos que hayan provocado un número elevado de perjudicados para ofrecerles sus servicios.

Madrid, 18 dic.- La Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 de Spanair ha celebrado la prohibición a los abogados de dirigirse en los primeros 45 días después de una tragedia a las víctimas de catástrofes o sucesos que hayan provocado un número elevado de perjudicados para ofrecerles sus servicios.

En un comunicado, el colectivo de víctimas reacciona así ante al aprobación ayer en la Comisión de Justicia del Congreso del Estatuto de la Víctima del Delito, que incluye algunas de sus reivindicaciones, como la introducción de un plazo de 45 días que los letrados deberán cumplir si no quieren exponerse a graves sanciones.

Las víctimas defienden que de esta forma se evitará "el bochornoso espectáculo de las ruedas de prensa, de los acosos, de las presiones para captar clientes rotos de dolor y que no están en condiciones emocionales de decidir lo mejor para sus intereses futuros".

Con todo, el colectivo asegura que quedan cosas por hacer y por ello pide también que se prohíba el "sobreseimiento libre" en catástrofes aéreas, mediante la incorporación de una tercera instancia que actúe de árbitro entre la primera y segunda instancia judicial, cuando sus decisiones sean antagónicas, "como fue el caso de las víctimas de Spanair".

También solicitan que las compañías aseguradoras "no sometan a las víctimas al calvario "en la que están actualmente las del vuelo JK5022, que se las obligue a respetar las pólizas de seguro contratadas por la compañía aérea y que se cumpla la normativa europea y el Convenio de Montreal.

Por último, piden que se regule la figura del "desaparecido en accidente aéreo" en el Código Civil para evitar que las familias no tarden semanas en obtener el certificado de defunción, como les ocurrió a seis familias con el accidente de Swiftair el pasado 24 de julio en Mali.

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