Este nuevo modelo, que se distingue a simple vista de modelos anteriores porque la carcasa es de color grafito en lugar de blanca, incorpora además una nueva pantalla de tinta electrónica con un contraste hasta un 50 por ciento mayor que el de los modelos anteriores, lo que según Amazon hace aún más cómoda la lectura en uno de estos dispositivos.
También baja de precio, de los 489 a los 379 dólares, unos 320 euros al cambio, mientras que conserva el resto de las características del Kindle DX anterior, incluyendo el Wi-Fi y la conectividad 3G sin cuotas mensuales tanto en los Estados Unidos como en más de cien países.
Se puede pedir ya, aunque Amazon no empezará a enviarlos hasta el próximo 7 de julio.
Aparte de la pantalla de tinta electrónica, para algunos mucho más cómoda de usar que otro tipo de pantallas a la hora de leer e indudablemente mejor a la luz del sol, la duración de la batería sigue siendo otro de los grandes puntos fuertes de este dispositivo, ya que es de una semana con 3G y Wi-Gi activados y de dos semanas con ellos desactivados.
Pero dejando aparte estos dos puntos, debatible quizá el de la comodidad de la pantalla e indiscutible en el caso de la batería, el Kindle sigue siendo un dispositivo con una sola utilidad, aún a pesar de las mejoras introducidas con el firmware 2.5, que incluyen la capacidad de hacer zoom en documentos PDF o la posibilidad de enviar citas de los libros a través de redes sociales, entre otras cosas.
Así, los tablets siguen siendo un enemigo formidable frente a estos dispositivos, pues son mucho más versátiles en cuanto al tipo de tareas que se puede hacer con ellos, y no están limitados a los contenidos de una sola plataforma, ya que por ejemplo el iPad en la actualidad es capaz de acceder a los contenidos de la iBook Store de Apple, a los de Kindle de Amazon, incluso con contenidos extra, a los de los Nook de Barnes & Noble, así como a cualquier documento sin DRM en formato epub o PDF.
Habrá que ver cómo evolucionan las cifras de ventas, pero si tuviéramos que atenernos a las del iPad, todo parece indicar que el mercado apunta hacia los tablet, dejando a los lectores de libros electrónicos puros en poco más que un mercado de nicho.
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