Berlanga, en su última entrevista": "hay mucha crispación, como en el 36"


El director de cine Luis García Berlanga, que falleció este sábado en Madrid a los 89 años, presumía de no conocer a los políticos actuales, pero sí percibía "mucha crispación" dentro de una sociedad en la que no tenía fe.
"La crispación me da mucho miedo. Es igual que en el 36. Y ahora hay mucha crispación", confesaba el cineasta en su última entrevista concedida a la revista "XL semanal", que se publicará mañana, domingo 14 de noviembre, y que ha recogido Servimedia.
En su charla, Berlanga, premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1986, asume que su vida ha sido "la de un señorito de provincias", porque nunca padeció penurias económicas, aunque sí de otro tipo, porque se vio obligado a alistarse en la División Azul para evitar la ejecución de su padre. Allí, recordaba, no disparó nunca un tiro, pero sí vio morir a un amigo.
Sin fe en la sociedad, el académico aseguraba que sólo creía en el individuo y así lo ratificaba su hijo José Luis: "Él nunca ha creído en ningún movimiento colectivo. Siempre ha dicho que su pensamiento no corresponde a una generalidad". "Para él, lo más importante y admirable del ser humano es la independencia. Y lo lleva a rajatabla".
En la entrevista, el cineasta no aclara si sus películas eran un reflejo de la sociedad, constituían un trasfondo ideológico o encerraban mensajes políticos, pero sí aseguraba que su trabajo lo desempeñaba "sin doctrina", porque la odiaba.
Aunque amante de la literatura erótica, el académico no quiso, sin embargo, llevar ese género al cine por considerarlo muy difícil. No obstante, sí se hizo cargo de la colección del género de la editorial Tusquets, a la que él bautizó La Sonrisa Vertical.
Supersticioso, cuando hablaba de la muerte, lo tenía claro: "A mí no me desenganchéis de una máquina. Mientras esté vivo, me mantenéis vivo".

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