Berlín mantiene una posición de dureza previa a una semana clave para el euro

  • El Gobierno alemán, previamente a una semana en la que la canciller Angela Merkel tendrá varios encuentros considerados claves para el futuro del euro, ha dado señales de no querer ceder en su posición de dureza con respecto a un eventual tercer paquete de ayuda a Grecia o la emisión de eurobonos.

Berlín, 19 ago.- El Gobierno alemán, previamente a una semana en la que la canciller Angela Merkel tendrá varios encuentros considerados claves para el futuro del euro, ha dado señales de no querer ceder en su posición de dureza con respecto a un eventual tercer paquete de ayuda a Grecia o la emisión de eurobonos.

Merkel se reunirá el jueves en Berlín con el presidente francés, Francois Hollande, y un día después con el primer ministro griego, Andonis Samaras.

Diversos analistas consideran que los dos visitantes buscarán que Merkel haga concesiones en la posición que ha mantenido hasta ahora. Sin embargo, en los últimos días los partidos de la coalición de Gobierno han dado más bien muestra de endurecer su posición.

"Los griegos tienen que cumplir con lo que han pactado", dijo el presidente del grupo parlamentario común de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), Volker Kauder, en una entrevista que adelanta la revista Der Spiegel de su edición de la próxima semana.

"Ya no hay margen ni en el contenido ni en el calendario", agregó Kauder, para quien hacer concesiones sería aceptar que Grecia pueda romper sus compromisos, lo que aumentaría la desconfianza que, en su opinión, es lo que ha generado la actual crisis.

"Rechazar nuevas ayudas tendría también su costo. Una quiebra de Grecia sería cara para Alemania. Pero los compromisos tienen que cumplirse. De lo contrario no podemos avanzar en Europa", señaló.

La actitud de Kauder se puede considerar moderada si se compara con lo que han dicho dirigentes de la CSU desde Baviera.

Así, por ejemplo, el ministro bávaro de Finanzas, Markus Söder, manifestó que una salida de Grecia del euro podría "ser un ejemplo" para otros países.

La semana de reuniones en Berlín se iniciará mañana cuando el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, reciba a su homólogo griego, Dimitris Avramopoulos, para preparar la visita de Samaras.

Westerwelle se ha manifestado en contra de posibles "concesiones sustanciales" a Grecia por considerar que estas podrían ser mal interpretadas por otros países en crisis, como España.

"Las reformas tienen que hacerse como se acordaron. Le pido al Gobierno griego que tome en serio la postura del Gobierno alemán en este punto", indicó Westerwelle en declaraciones que publica hoy el diario Der Tagesspiegel.

No obstante, pidió más comprensión con el pueblo heleno que, precisó, "no tiene la culpa de que los responsables en los últimos años no hayan cumplido con sus obligaciones".

Westerwelle pertenece al Partido Liberal (FDP), socio minoritario de la coalición de Gobierno, cuyo presidente, el ministro de Economía y vicecanciller, Philipp Rösler, ya dijo hace tiempo que una eventual salida de Grecia del euro era algo que ya no asustaba a nadie.

El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, por su parte, aprovechó la jornada de puertas abiertas en su ministerio el fin de semana para enviar dos mensajes que se complementan. De un lado, advirtió en contra de una actitud arrogante hacia los países en crisis, pero de otra señaló que sería irresponsable "seguir metiendo dinero en un barril sin fondo".

Entre tanto, según informaciones de la revista Der Spiegel, la troika formada por la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) ha llegado a la conclusión de que para los próximos dos años Grecia necesita cerca de 2.500 millones de euros más de lo presupuestado.

Las necesidades financieras de Grecia se estimaban hasta ahora en 11.500 millones de euros para los próximos dos años y Der Spiegel asegura que en realidad estás podrían alcanzar los 14.000 millones.

La revista agrega que actualmente los gobiernos de la zona euro buscan una fórmula para cubrir ese agujero financiero sin necesidad de un nuevo paquete de ayuda para Grecia.

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