Beteta aboga por reducir el interés del pago a proveedores según los esfuerzos de cada administración


El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, se mostró hoy partidario de reducir el interés de los préstamos concedidos a las comunidades y ayuntamientos para pagar las deudas a sus proveedores "en función de los esfuerzos de cada uno" por cumplir los objetivos de estabilidad.
Durante su intervención en un encuentro organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Beteta reconoció que el Ministerio está trabajando en atender esta reivindicación de la FEMP, debido a que los intereses del primer plan de pago a proveedores era mayor que los tipos actuales.
"A lo mejor no va a poder ser en los volúmenes que se dicen, pero sin duda va a haber una rebaja de las condiciones", prometió, pero sin homogeneidad para todas las administraciones, igual que las entidades financieras no le cobran a un particular que ha demostrado ser solvente lo mismo que a otro que no lo es. En cualquier caso, Beteta afirmó que esto era "una reflexión personal".
En su intervención, defendió el éxito de dejar el déficit en un 6,62%, que auguró se quedará en el 6,5% comprometido cuando se revisen los métodos de cálculo del PIB, y también algunas medidas tomadas por las administraciones para ello. Por ejemplo, la reducción de personal a base de la baja tasa de reposición: 138.117 empleados públicos menos entre enero de 2012 y julio de 2013.
También aseguró que la reforma local y su eliminación de duplicidades permitirá a estas administraciones ahorrar unos 8.000 millones, aunque el mero desarrollo de la norma ya había concienciado a los alcaldes de su deber de ser buenos gestores. Así, auguró que en 2014 el superávit municipal será aún superior al 0,41% de 2013. "En eso estamos", bromeó el presidente de la FEMP, Íñigo de la Serna, a su lado en la mesa.
En otro orden de cosas, Beteta aseguró que no hay previsión de modificar la normativa de morosidad del sector público y reivindicó el papel de las provincias como centrales de compra de los municipios pequeños que ahorren costes y potencien el mundo rural.
Finalmente, justificó que el déficit de la Administración General del Estado haya sido el peor y el único creciente de todas las administraciones, en que las comunidades y los municipios se basan en entregas a cuenta, y el Estado no había querido reducirlas para no dañar el Estado del bienestar, aun a sabiendas de que las previsiones de ingresos disminuían. Ahora, con la recuperación, el menor número de parados ahorrará al Estado el pago de prestaciones de desempleo.

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