El parquet había cerrado el viernes con caída de 1,02% en 44.831 puntos.
La bolsa paulista sufre los efectos de un complejo cóctel que incluye crisis política y recesión económica en Brasil, además de elevada inflación y alza del desempleo.
En medio de ese panorama, el gobierno de Dilma Rousseff está con pocas fuerzas para negociar un programa de ajuste con el Congreso, crucial para encauzar las cuentas fiscales.
Hace casi tres semanas Brasil perdió el grado de inversión a manos de la agencia internacional S&P. Mientras, el gobierno revisó el martes nuevamente a la baja la estimación del PIB para este año y ahora prevé que la contracción llegará a 2,44%, en vez del 1,49% anterior.
Este lunes, las declaraciones del director para Brasil de la agencia calificadora de riesgo Fitch agitaron al mercado, ya sensible por la compleja situación del país.
Citado por la prensa local, Rafael Guedes dijo que pueden ocurrir nuevos recortes en la nota de crédito de Brasil en cualquier momento. Fitch y Moody's aún mantienen el grado de inversión para el gigante sudamericano.
Fitch, en todo caso, debería rebajar en dos grados la nota de Brasil para retirarle el grado de inversión y ubicarla en el nivel especulativo, lo que no es común.
En la sesión del lunes en la Bolsa de Sao Paulo se negociaron 5.444 millones de reales (unos 1.360 millones de dólares al cambio actual) en 844.361 operaciones.
La bolsa brasileña tuvo una caída de 8,33% en agosto. En 2014 bajó un 2,91%, después de registrar un retroceso de 15,5% el año precedente.
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