Bolsa de Shanghai se deja el 3,42%

  • La bolsa de Shanghai cerró el jueves con una caída del 3,42%, lastrada por la preocupación sobre la situación económica en China y la evolución del yuan.

El índice compuesto de Shanghai perdió 129,82 puntos, quedando al cierre en 3.664,29 puntos.

La bolsa de Shenzhen, la segunda en importancia de China continental, perdió 3,0%.

La plaza shanghainesa se ha comportado como una montaña rusa en los últimos días: tras perder más del 6% el martes, el miércoles tras perder a lo largo de la sesión un 5% cerró en verde, gracias, según la opinión general, a la intervención de las autoridades.

De hecho, estas se han comprometido a seguir estabilizando los mercados.

Pero los analistas advierten que estas intervenciones van a contribuir a alimentar una nueva oleada de ventas por los inversores (la mayoría particulares y pequeños ahorristas).

"Las mayoría de los inversores van a aprovechar la ocasión para deshacerse de las acciones de sus carteras, dado que las perspectivas de crecimiento de China permanecen sombrías", comentó Bernard Aw, estratega de la agencia IG Asia, citado por Bloomberg News.

La publicación de indicadores económicos decepcionantes y débiles se suceden y la devaluación inesperada del yuan la semana pasada -considerada como un esfuerzo desesperado de Pekín para relanzar las exportaciones y la actividad - han agravado la preocupación.

Ahora, los inversores tienen los ojos puestos en la barrera psicológica de los 3.500 puntos en Shanghai.

"Todo el mundo está pendiente de si el gobierno va a mantener cueste lo que cueste el mercado por encima de los 3.500 puntos", decía Nelson Yan, un responsable de la agencia Changjiang Securities à Hong Kong, también citado por Bloomberg.

"Si no hay intervención (pública), podría haber una nueva oleada de ventas", que aceleraría la caída de los índices en un clima de desconfianza generalizado, agregó.

En un intento de frenar el hundimiento de las bolsas chinas registrado entre mediados de junio y mediados de julio -perdieron más del 30% en tres semanas-, el gobierno ha intervenido con fuerza. Un organismo público, el CSF, ha realizado compras masivas de acciones.

Pese a las garantías de Pekín, los inversores siguen temiendo que el gobierno retire rápidamente estas medidas de apoyo.

Los expertos insisten en que el temor a una "burbuja" persiste e impiden la vuelta a la normalidad.

Antes de hundirse en junio, la Bolsa de Shanghai había subido 150% en un año, dopada por el endeudamiento a gran escala y de forma totalmente desconectada de la realidad de la economía china en plena desaceleración, lo que hace temer nuevos correctivos en el futuro.

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