¿Por qué las Bolsas se asustan ante la subida de tipos en Estados Unidos?

  • Las Bolsas temen que la Reserva Federal estadounidense suba los tipos de interés, lo que encarecería el precio del dinero y la dificultad de financiarse.

    La próxima semana se reúnen los miembros de la Reserva Federal y podría subir los tipos, pero se tantean subidas mínimas, en trono al 0,25%.

Federal Reserve Board Chairwoman Janet Yellen Gives Semiannual Monetary Policy Report To Senate Committee
Federal Reserve Board Chairwoman Janet Yellen Gives Semiannual Monetary Policy Report To Senate Committee
AFP
L.Díaz

El temor a que la Reseva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) suba sus tipos de interés dentro de una semana provocó ayer una caída generalizada en las Bolsas. Los miembros de la Fed se reunirán los días 20 y 21 de septiembre para decidir si suben los tipos de la horquilla del 0,25% o 0,50% actual, fijado el pasado mes de diciembre.

Ante esa reunión, la Bolsa de Nueva York cayó un 2,13%, el Nikkei japonés perdió un 1,73% y el IBEX 35 un 1,76% -alejándose de los 9.000 puntos-. Estas no fueron las únicas Bolsas que se desplomaron, ya que las bajadas fueron globales, aunque sirve para ilustrar que los mercados se asustaron ante una posible subida del precio del dinero.

La Reserva Federal lleva meses retrasando esta decisión, ya sea por el 'Brexit' o por la proximidad de los comicios que decidirán quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos. Este segundo factor podría postergar más la subida de tipos y retrasarse hasta diciembre, cuando Clinton o Trump estén acomodados en la Casa Blanca. Tampoco los bajos precios del petróleo ayudan a subir los tipos de interés.

Estados Unidos quiere esperar a que su crecimiento esté más que consolidado -si no lo está ya-, porque sabe que las previsiones para los próximos años no son alentadoras -con correcciones negativas del FMI, principalmente culpa del 'Brexit'-. Si se subiese el precio del dinero sería más difícil acceder a financiación a las empresas y quita poder adquisitivo a los ciudadanos. En el caso de España, empresas como Ferrovial, Banco Santander o Iberdrola tienen en torno al 10% de su negocio allí, motivo por el que se produjeron las caídas.

Esta política monetaria haría aumentar el valor del dólar, y como consecuencia las importaciones se facilitarían y las exportaciones se complicarían. Esto podría beneficiar a otros mercados como la Unión Europea o China, que podría acaparar sus ventas y hacerse con algunas de los exportaciones que hace Estados Unidos. 

Lo cierto es que esta reacción de los mercados parece exagerada, más sis se tiene en cuenta que la subida prevista por la Fed es mínima, de un 0,25%, y que el resultado en la economía no sería devastador, solo cambiaría levemente la actual política monetaria que favorece la inyección de dinero. Estas políticas se iniciaron tras la crisis que arrancó en 2008 para facilitar la financiación, pero tras casi una década en la que los Estados Unidos han logrado volver a valores previos es obvio que se plantea subir el precio del dinero.Debate en el seno de la Reserva Federal

Los distintos altos cargos de la Reserva Federal ven el futuro de manera distinta. Por un lado están los que piensan cómo el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, que advertía de los riesgos de no elevar los tipos en para aprovechar el buen momento que vive la economía estadounidense.

Pero en el otro bando están los que piensan como Lael Brainard, miembro de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, que está a favor de los tipos bajos ya que arguye que la inflación no es lo suficientemente alta como para subir los tipos. Actualmente se sitúa en torno al 1%, pero por debajo del 2% deseado. Si se encarece el dinero se podría dar marcha atrás a lo logrado hasta ahora.

Por su parte, Janet Yellen se ha mostrado favorable a la normalización de la política monetaria de una forma escalonada, pero ha ido postergando la subida debido al contexto en el que está envuelto Estados Unidos. Esta prudencia hizo que Donald Trump acusase a Yellen de favorecer a la agenda de la Casa Blanca y a Yellen se ser partidaria de Hillary Clinton.

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