La moneda doméstica se cotizaba en 4,20 unidades por billete verde hacia las 15H00 GMT, una caída de 1,31% respecto al miércoles y su nivel más bajo desde que fue creada en 1994. Más temprano, a poco de la apertura, el real llegó a caer a 4,24 unidades por dólar.
En lo que va del año el real ha perdido un 36% frente al dólar, y acumula un retroceso de 42% en 12 meses en medio de una recesión económica y una crisis política que ha dejado al gobierno con pocas fuerzas para negociar un ajuste fiscal con el Congreso.
En un intento de frenar la brusca caída de la moneda, entre miércoles y jueves el Banco Central ofreció 4.000 millones de dólares en subastas de dólares, con compromiso de recompra en fecha a determinar, ambos en 2016.
Además, retomó los mecanismos de 'swaps' cambiario o venta futura de dólares que había suspendido en marzo de este año, ofreciendo 20.000 contratos por hasta mil millones de dólares el miércoles y otro tanto este jueves. La víspera consiguió finalmente colocar contratos por 220 millones de dólares, y este jueves de mañana consiguió colocar casi USD 1.000 millones.
"Pero en cuanto no se aprueben las medidas de reajuste fiscal no habrá ningún tipo de alivio en la desvalorización de la moneda", comentó a la AFP Italo Abucater, gerente de cambio de la corredora Icap en Sao Paulo.
"Esta es una crisis aguda y duradera y de momento sin la menor perspectiva de mejora", insistió.
El mecanismo de 'swaps' operó de manera permanente desde agosto de 2013, cuando el Banco Central decidió respaldar al real que comenzaba a perder fuerza porque Estados Unidos reducía su inyección de dólares en la economía mundial.
El programa estuvo activo hasta marzo de este año. En los últimos meses, el Banco se limitó a renovar esos contratos ya realizados para mantenerlos en circulación.
El miércoles, el ministro de Hacienda brasileño Joaquim Levy reconoció que es "difícil, imposible fijar qué nivel tendrá aquí o allá" la tasa de cambio, pero apostó por "una mayor estabilidad" del mercado a medida que avancen las medidas de ajuste fiscal que el gobierno está impulsando.
Analistas sin embargo alertan que esas medidas -impopulares recortes del gasto público y reactivación de impuestos- no serán fácilmente aprobadas por un Congreso que da señales de rebeldía.
El escenario brasileño empeoró hace dos semanas cuando Standard and Poor's quitó a Brasil el grado de inversión, una decisión que podría ser imitada por otras grandes agencias de calificación.
El BC estima ahora que la contracción de la economía este año llegará a 2,7% del PIB. La caída del real también presiona la inflación, que según el BC cerrará el año en 9,5%, más del doble del centro de la meta oficial.
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