La segunda ronda de negociaciones de complementación económica se realizó hasta este jueves en Brasilia, como parte de un compromiso asumido por los presidentes Dilma Rousseff y Enrique Peña Nieto en mayo pasado.
"Hubo avances en las discusiones sobre el acceso a los mercados y reglas de origen, así como las negociaciones de los textos para facilitar el comercio, servicios e inversiones, medidas sanitarias y fitosanitarias, compras gubernamentales, barreras técnicas al comercio, propiedad intelectual, coherencia reglamentaria y especialmente en los capítulos de política de competencia y defensa comercial", indicó un comunicado de la cancillería brasileña.
El reconocimiento de la cachaza, aguardiente de caña empleado para hacer caipiriña, y el tequila fue acordado por los mandatarios en la reunión de mayo.
Brasil y México, las mayores economías de América Latina, cerraron 2105 con un intercambio comercial de cerca de 8 millones, según destacó la nota.
La visita de Rousseff se realizó poco después de que ambos gobiernos renovaron un acuerdo comercial que restringe el intercambio bilateral de automóviles para proteger a la industria automotriz brasileña.
El acuerdo extendió un pacto bilateral promovido en 2012 por Brasil, que inicialmente causó irritación a la parte mexicana.
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