El 'Brexit' reconfigura el mapa de las urbes más caras del mundo para vivir

  • El referéndum ha provocado que Londres, que era la ciudad más exclusiva, se sitúe ahora detrás de Nueva York y Hong Kong, por el enfriamiento de su mercado inmobiliario.

    El coste que supondrá a las multinacionales trasladar a sus empleados a otras grandes capitales y la caída de la libra ya provocan que vivir allí sea un 11% más barato.

Londres ya no es la ciudad más cara del mundo.
Londres ya no es la ciudad más cara del mundo.
Diego Caldentey

El estudio Savills, una de las grandes consultoras británicas que presta sus servicios de bienes raíces a nivel global y cotiza en la Bolsa de Londres, acaba de terminar un informe que ya genera repercusión (e impacta) en las empresas dedicadas a la compra-venta de inmuebles y a los inversores internacionales.

Este grupo, especializado en inversiones inmobiliarias a gran escala, que cuenta con una red internacional de más de 700 oficinas y asociados en América, el Reino Unido, Europa continental, Asia Pacífico, África y Oriente Medio, se ha dedicado a analizar el impacto que tiene el Brexit en el panorama inmobiliario mundial.

Savills ofrece una amplia gama de servicios de asesoramiento especializado, gestión y servicios transaccionales a clientes de todo el mundo que quieren invertir en ladrillo, por lo que sus CEOs consideraban vital medir qué consecuencias generará el referéndum que ha aprobado la salida del Reino Unido de la UE en su segmento de negocio directo.

Los técnicos de la consultora han analizado los ingresos medios que un trabajador necesita para vivir en una de las grandes urbes del planeta durante un año. Tras el sorpresivo (para muchos) resultado del referéndum, Londres ya no es la urbe más cara de la Tierra para residir.

La salida de Reino Unido de la Unión Europa obligará a miles de multinacionales a trasladar a sus empleados a otras grandes ciudades en otros países. El coste per cápita que supondrá a esas compañías reubicar a los trabajadores (a lo que hay que sumar nuevos costes de alojamiento y alquiler de oficinas) ha hecho que Londres ya no sea el sitio de la Tierra más codiciado para las compañías.

Esto se ha trasladado, según Savills, a los precios directos de los inmuebles. Londres, después de dos años y medio consecutivos de situarse en la cima de la lista de urbes más exclusivas, ha retrocedido hasta el tercer lugar, por detrás de Nueva York y Hong Kong. Y todo, por los efectos del Brexit.

"La caída de la libra ha acelerado el enfriamiento del mercado inmobiliario londinense después de que el Reino Unido votase a favor de salir de la Europa comunitaria", detalla el estudio de Savills.

El mismo analiza los ingresos medios que un trabajador necesita para vivir en una gran ciudad durante un año. En 2015 se necesitaban en Londres más de 100.000 euros para vivir un año. Este importe sumaba alojamiento, servicios, transporte y otros ítems imprescindibles para un trabajador medio con familia a cargo.

Tras el efecto Brexit, hoy es un 11% más barato vivir allí: se necesitan 10.000 euros menos. Por coste de vida, Nueva York es la más cara: una persona necesita 102.820 euros al año para vivir (se ha encarecido un 2% por consecuencias indirectas del efecto del referéndum británico).

En Hong Kong, en el segundo lugar, se requieren 91.077 euros al año en concepto de gasto de residencia. Recién después aparece Londres, seguida por estas ciudades: Tokio (76.961 euros al año), París (74.751), San Francisco (59.768), Singapur (55.318), Dubai (46.349), Sidney (45.787) y Los Ángeles (45.288).

El informe hace referencia, por otra parte, a que Dubai, Lagos y Moscú han visto que los precios del alquiler decaen tanto en oficinas y viviendas como consecuencia de la caída de la demanda de ocupación en las economías estrechamente afectadas por el precio del petróleo y las empresas relacionadas con el crudo.

Yolande Barnes, directora de Savills, ha afirmado en el portal de la consultora: "Las empresas que operan en las principales ciudades del mundo pasarán alrededor de un tercio del total de sus costos operativos en alojamiento a través de una combinación de los alquileres comerciales, pagados directamente a los propietarios, y la demanda de salarios creadas por el costo de la instalación de vivienda de los empleados. Las fluctuaciones en estos costos por lo tanto tienen una incidencia significativa y negativa en lo competitivo que es una ciudad para los empleadores en el caso de Reino Unido".

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