Canarias pone en marcha la primera corte de arbitraje marítima española

Las Palmas de Gran Canaria, 27 mar.- La Cámara de Comercio de Gran Canaria ha puesto en marcha la primera corte de arbitraje de España especializada en conflictos marítimos y portuarios privados entre empresarios nacionales e internacionales, con la que pretende agilizar su resolución al margen de los tribunales.

El secretario general de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, Luis Padrón, ha presentado hoy esta iniciativa en la sede de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, cuyo presidente, Luis Ibarra, la ha calificado de "magnífica" al ofrecer una alternativa a la resolución del conflicto de manera que evite a las empresas acudir a las cortes internacionales arbitrales.

Según Padrón, la vía arbitral es muy utilizada en el ámbito marítimo, pese a la falta de tradición en España, y permitirá liberar de estos litigios a los juzgados de lo Mercantil de Canarias, que están bastante "saturados" y que, además, como consecuencia de la crisis, tienen que atender numerosos concursos de acreedores.

Según datos facilitados por la Cámara grancanaria, en el último trimestre de 2011 los juzgados mercantiles del archipiélago tramitaban un total de 800 procedimientos, de los que solo se han resuelto 131, por lo que muchos empresarios de grandes navieras canarias se ven obligados a acudir a la Asociación de Arbitraje Marítima de Londres, que acapara el 70 % de los laudos marítimos en el mundo.

Los tres profesionales elegidos para la puesta en marcha de esta corte son los letrados Octavio Rodríguez, Woo Sam Chang Kim y Claudio Almeida.

Los conflictos más comunes en el ámbito marítimo obedecen a reclamaciones de cantidad, incumplimiento de contratos y a problemas societarios entre las compañías, ha señalado Padrón, quien además ha subrayado que supone una solución más económica, rápida y eficaz.

El abogado Claudio Almeida ha explicado que el arbitraje, que solo abarca el derecho privado, siempre depende de la voluntad de las partes, que pueden fijar hasta el tiempo de resolución, que si no se decida se aplica el de la Cámara, que siempre es "infinitamente menor" al de un juzgado.

Almeida ha señalado que un proceso de arbitraje se puede prolongar entre tres o cuatro meses, mientras que el judicial un año o más, así como que esta nueva corte está capacitada para asumir tanto asuntos de menor y mayor cuantía, lo que evita acudir a las cortes internacionales de Londres y París, así como a la de la Cámara Internacional de Comercio.

Así mismo, Almeida ha indicado que esta corte debe convertirse en referente para África, cuatro de cuyos países forman parte de la Corte Atlántica de Arbitraje Internacional puesta en marcha por las cámaras de Comercio de Canarias en 2008 para ofrecer seguridad jurídica a los empresarios canarios con inversiones en ese continente.