Chipre toma las riendas de la UE en plena tormenta por la crisis de la deuda

  • Un Chipre dividido y que ha solicitado ayuda económica a sus socios de la zona del euro ha asumido hoy la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) en uno de los momentos más difíciles del proyecto comunitario debido a la crisis de la deuda.

Flora Alexandrou

Nicosia, 1 jul.- Un Chipre dividido y que ha solicitado ayuda económica a sus socios de la zona del euro ha asumido hoy la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) en uno de los momentos más difíciles del proyecto comunitario debido a la crisis de la deuda.

La isla mediterránea de Chipre, la frontera mas oriental de la (UE), se convirtió esta semana en el quinto país de la zona del euros en solicitar ayuda financiera a sus socios, con el fin de sanear su sector bancario, debilitado por su gran exposición a la crisis en Grecia.

A pesar de las dificultades, las autoridades chipriotas confían en desempeñar con éxito la tarea.

"Con un gran sentido de responsabilidad y con modestia asumimos el timón de la UE", declaró hoy en Nicosia el viceministro para la presidencia europea de Chipre, Andreas Mavroyiannis.

La presidencia chipriota tiene como prioridades fomentar políticas de crecimiento, basadas en la cohesión social y la solidaridad en Europa como respuesta a la crisis.

En la misma línea, el portavoz del Gobierno chipriota, Stefanos Stefanou, explicó hoy a Efe que "no es casual que hayamos elegido como mensaje principal de nuestra presidencia el lema 'Hacia una Europa mejor'".

También recalcó que en un entorno de crisis, Chipre ha querido destacar las "cuestiones de cohesión social para el crecimiento, que son parte de la política de la UE para enfrentar la crisis económica".

Otros asuntos prioritarios durante la presidencia serán avanzar en las próximas cuentas plurianuales de la Unión para 2014-2020, donde existen "desacuerdos y diferentes enfoques" entre los socios, recordó.

Stefanou también indicó que para Chipre tendrán prioridad la política agrícola comunitaria y la creación de un sistema de asilo común de la UE, un proyecto estancado en los últimos años.

El portavoz chipriota, insistió que sus país actuará como "un honesto intermediador para que sea posible lograr convergencias y compromisos" dentro de la Unión.

Durante la ceremonia del izado de la bandera chipriota y comunitaria en Nicosia, la única capital dividida que subsiste en Europa, el alcalde de la ciudad, Constantinos Yiorkatzis, avisó hoy sobre los desafíos de la actual crisis de la deuda en Europa.

"Chipre asume la presidencia en medio de la peor crisis económica tras la Segunda Guerra mundial", recordó Yiorkatzis, para agregar que "si no se afronta de forma eficaz puede transformarse en una crisis política y social".

La isla es el único país divido que queda en Europea, desde 1974, tras la invasión militar turca del norte en respuesta a un golpe militar de sectores nacionalista griegos que pretendían la unificación con Grecia.

En ese contexto, las relaciones con Turquía, que ha anunciado que boicoteará la presidencia chipriota y congelará sus relaciones con la UE durante el semestre, serán también una prueba diplomática para Nicosia.

Chipre, de unos 800.000 habitantes, es la tercera economía más pequeña de la UE, se unió al bloque en 2004 y al euro en 2008, pero pasa ahora por grandes apuros financieros después de que las tres grandes agencias de calificación rebajasen su deuda a "bono basura", lo que le ha cerrado el acceso a los mercados internacionales.

Para poder refinanciarse, Nicosia se vio obligado a solicitar un crédito bilateral de 2.500 millones de euros a Rusia a finales del 2011 y está sondeando tanto a Moscú como a Pekín para lograr otro préstamo parecido.

Chipre ha venido reiterando su temor de que las condiciones macroeconómicas que acompañan los créditos de Bruselas puedan ahondar la recesión en el país, cuya economía se contraerá este año un 1,1 %, según el Banco Central de la isla.

La ceremonia inaugural de la presidencia tendrá lugar en Chipre el próximo jueves y contará con la presencia del presidente del país, Dimitris Christofias, del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y del presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.

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