Concluye la primera expedición al golfo de méxico de oceana


La organización conservacionista Oceana ha terminado su primera expedición al Golfo de México para evaluar los efectos a largo plazo del vertido de la plataforma "Deepwater Horizon" de BP.
Durante los dos meses de expedición y a bordo del "Oceana Latitude", la organización ha recorrido 4.000 millas, ha realizado 24 inmersiones de submarinistas y ha utilizado dos robots submarinos.
Además de "miles" de fotografías y vídeo, ha tomado muestras de fondos contaminados, datos sobre especies y hábitats amenazados y parámetros de composición del agua.
Según explica el director ejecutivo de Oceana Europa y líder de la expedición, Xavier Pastor, el objetivo de esta campaña es analizar los efectos a largo plazo del vertido.
"Gracias a estos dos meses de trabajo de campo, ahora contaremos con información independiente y de primera mano sobre la contaminación que persiste en el área y que no es visible tras el masivo uso de dispersantes", añadió este experto.
La expedición ha reunido a un equipo con más de una docena de nacionalidades, y se ha realizado en colaboración con científicos de diferentes instituciones.
TIBURONES Y LARVAS
Entre otras cuestiones, los investigadores llevaron a cabo un marcaje de tiburones con el Acuario Nacional y la Universidad de Miami para averiguar si son capaces de evitar las zonas contaminadas.
También se documentaron los "cientos de buques y plataformas petrolíferas que operan en el Golfo", así como "la contaminación crónica y no declarada que sufre el área".
Los científicos a bordo tendieron también trampas de plancton para analizar en laboratorio el impacto del petróleo en los microorganismos y en huevos y larvas de especies mayores, y desplegaron una red de estaciones de medición de hidrocarburos tóxicos con sensores capaces de medir la contaminación entre la superficie y los 1.800 metros de profundidad.
Finalmente, los submarinistas se sumergieron en estas aguas "sin visibilidad" para recoger muestras de sedimentos contaminados y también en reservas marinas bien conservadas, para tomar imágenes y comprobar "pasado un tiempo" cómo les afecta el vertido. "Muchas de las consecuencias del derrame no podrán verse hasta dentro de años", concluye Oceana.

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