Estas son los efectos, para nuestros bolsillos, del aumento de la deuda

  • Más deuda obliga a pagar más intereses por ésta. Esto obliga a reducir los recursos públicos para otros gastos o para reducir impuestos. Tiene efectos en la inversión y el crecimiento.

    Un contexto de deuda pública elevada genera desconfianza y temor a que no se puedan afrontar las obligaciones. Esto aumenta la posibilidad de que el país sufra una crisis financiera.

La deuda del conjunto de las administraciones públicas subió en febrero en 9.732 millones y se situó en 1.081 millones de euros, lo que supone alrededor del 100% del PIB, según los últimos datos del Banco de España.

Este ratio de deuda (100,01%) está calculado partiendo del crecimiento en volumen del PIB publicado por el INE el pasado 25 de febrero, que lleva a un PIB de 1,081 billones en 2015, y supera el objetivo de deuda del Gobierno para todo el año, situado en el 98,2% del PIB.

La subida de la deuda de febrero en cifras absolutas es muy importante. El salto en un solo mes de 9.732 millones más que duplica la cifra del mismo mes en 2015, cuando aumentó en 4.790 millones de euros.

¿Pero que efecto tendrá en nuestro bolsillos este incremento de la deuda?

Un aumento de la deuda puede puede ser sostenible si se espera en el futuro un incremento de la renta para hacer frente a los pago. Pero puede tener efectos negativos y muchos muy negativos.

1. La primera consecuencia es que más deuda obliga a pagar más intereses por ésta. Esto obliga a reducir los recursos públicos para otros gastos o para reducir los impuestos.

2. Al tiempo, más deuda deja menos margen de maniobra al Ejecutivo para afrontar gastos inesperados. Estos puede venir, por ejemplo, de una crisis financiera.

Cuando se inició en 2008 la crisis financiera internacional, Irlanda, España y Finlandia tenían niveles de deuda inferiores al 60% del PIB, lo que les aseguró un margen de maniobra significativamente mayor para aplicar estímulos fiscales que en Bélgica, Grecia e Italia, donde esta relación superaba el 80%.

La mejor alternativa es compensar los periodos cíclicos de déficit -y emisión de deuda- con periodos de superávit -y amortización de deuda- durante las fases altas del ciclo.

3. Un contexto de deuda pública elevada genera desconfianza y temor a que no se pueda hacer frente a las obligaciones. Esto incrementa la posibilidad de que el país sufra una crisis financiera.

4. Un valor elevado de la ratio deuda/PIB, y sobre todo su aumento, genera también costes por la elevación del tipo de interés de la deuda. Los mercados financieros eleven la prima de riesgo asociada a la deuda de un país si se considera que la sostenibilidad de las finanzas públicas ofrece algunas dudas.

5. Además, mayor endeudamiento reduce los niveles de ahorros disponibles para el país, para sus empresas y para los ciudadanos que impactará negativamente el nivel de inversión en el futuro. La consecuencia inmediata es el freno del crecimiento y la productividad.

6. Este encarecimiento de la financiación también puede afectar al sector privado, dando lugar a lo que se conoce como efecto expulsión financiero. En la medida en que la necesidad de emitir deuda para financiar el déficit supone una mayor presión sobre la oferta de fondos prestables en los mercados financieros, el tipo de interés de mercado se elevará y las empresas verán encarecido el acceso a la financiación.

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