Costa Rica logra avances contra "aleteo" de tiburón, pero sigue vigente

  • La práctica ilegal del "aleteo" del tiburón, que consiste en cortar sus aletas y lanzar el resto del cuerpo al mar, continúa vigente en las aguas de Costa Rica, pese a que las autoridades y los grupos ambientalistas afirman que existen avances importantes en la materia.

Douglas Marín

San José, 8 jun.- La práctica ilegal del "aleteo" del tiburón, que consiste en cortar sus aletas y lanzar el resto del cuerpo al mar, continúa vigente en las aguas de Costa Rica, pese a que las autoridades y los grupos ambientalistas afirman que existen avances importantes en la materia.

Desde el 2005 la legislación costarricense estableció que los pescadores están obligados a descargar en los muelles las aletas adheridas al cuerpo del tiburón, pero no fue hasta el 2010 que las autoridades ordenaron hacerlo únicamente en muelles públicos, con vigilancia de sus inspectores.

El activista de la organización ambientalista Programa Restauración de la Tortuga Marina (Pretoma), el costarricense Randall Arauz, declaró hoy a Efe que pese a los esfuerzos de las autoridades costarricenses, los pescadores, principalmente flotilla extranjera, han encontrado otras vías para continuar con el "aleteo".

"Hemos avanzado bastante en legislación pero tenemos problemas con la importación de aletas desde Nicaragua", afirmó Arauz, quien por su lucha contra el aleteo ganó en 2010 el Premio Goldman, considerado uno de los Nobel del movimiento ecologista.

Según Arauz, el cierre de los muelles privados a las descargas de tiburón fue un gran paso en 2010, pero la flota extranjera, especialmente asiática, ha logrado hallar otra manera de continuar con la práctica ilegal y "burlar la legislación" costarricense.

"Ahora el Incopesca (Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura) permite importación de aletas desde Nicaragua. Los mismos barcos que antes venían aquí a muelles privados, van a Nicaragua, descargan las aletas y las traen de vuelta a Costa Rica", expresó el ambientalista.

Datos de Arauz indican que el año pasado Costa Rica importó desde Nicaragua 20 toneladas de aletas de tiburón, las cuales luego fueron exportadas a Hong Kong, donde, al igual que en diversos países asiáticos, son apetecidas por sus supuestas propiedades medicinales y afrodisíacas.

Ante estas críticas, el presidente del Incopesca, Luis Dobles dijo a Efe que desde enero pasado, por iniciativa de Costa Rica, entró en vigencia en todos los países centroamericanos un reglamento que prohíbe el aleteo y que obliga a que las autoridades de cada país otorguen una certificación para la exportación de aletas.

Este certificado, dijo, garantiza que las aletas que se exportan o importan en Centroamérica fueron descargadas adheridas al tiburón.

Sin embargo, Arauz duda de que esta medida sea efectiva porque a su juicio los pescadores podrían burlarla con facilidad y hasta se podría prestar para corrupción.

Dobles reconoció que "el aleteo es un problema vigente no simplemente a nivel de Costa Rica, sino que a nivel mundial" y destacó que su país cuenta con una legislación efectiva contra esa práctica.

"Costa Rica no representa ni el 1 % del aprovechamiento del recurso del tiburón en el mundo. El problema del aleteo no está en Costa Rica, está en otros países", manifestó.

El año pasado la fiscalía de Puntarenas logró una condena contra los propietarios taiwaneses del barco Hung Chi Fu XII, que fue detenido el 2 de marzo de 2011 cuando descargaba 18.000 kilos de cuerpo de tiburón y unos 2.000 kilos de aleta.

El fallo ordenó a los propietarios de la embarcación el pago de unos 120.000 dólares en lo que fue la primera condena por delito de aleteo en la historia de Costa Rica.

Para Arauz, debe existir un cambio en la cultura del costarricense y dejar de comer tiburón, así como acciones más decididas de las autoridades para un manejo más amplio del recurso marino que proteja las áreas donde se reproduce y migra el tiburón.

"Si dejamos de comer tiburón y continuando la lucha contra el aleteo, a lo mejor los tiburones podrán salir adelante", expresó el ambientalista.

Según organizaciones ambientalistas, en los últimos 50 años la población mundial de tiburones se ha reducido en un 90 %, en gran parte debido al "aleteo".

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