Cuba cuenta con más de 33.000 fincas dedicadas a la agricultura urbana

La Habana, 21 may.- Cuba cuenta con más de 33.000 fincas dedicadas a la agricultura urbana y suburbana, una modalidad que la isla impulsa para aumentar la producción sostenible de alimentos e intentar reducir las costosas importaciones en un área considerada estratégica en la economía del país.

"La agricultura urbana y suburbana llegó para quedarse", dijo hoy a periodistas la presidenta de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), Idalmis Nazco, al valorar la aplicación de esa modalidad de producción, durante la inauguración del IX Encuentro de Agricultura Orgánica y Sostenible en La Habana.

Entre las ventajas la especialista señaló que desde su introducción hace más de quince años la agricultura urbana y suburbana ha demostrado ser un movimiento de producción "sostenible", con participación de la comunidad y la ventaja de acercar los productos al consumidor.

Indicó que en la actualidad hay más de 33.000 fincas establecidas en la agricultura suburbana del país dedicadas a producir frutas y hortalizas y verduras, entre otros alimentos, según el dato del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (Inifat).

Según Nazco, se trata de una experiencia por la cual se interesan productores y especialistas de 22 países como Canadá, Brasil, Colombia, España, Francia, República Dominicana, México, Venezuela y Estados Unidos que participan en el encuentro, el cual se extenderá hasta el próximo jueves 24 en la capital cubana.

El programa del evento incluye cuestiones como el impacto de la ciencia y la técnica en función de elevar los rendimientos en los cultivos, el papel de los jóvenes y la mujer en la actividad agrícola, el manejo forestal, protección de los suelos, uso de residuos naturales como abonos, de energías alternativas y técnicas ecológicas.

Los delegados tienen previstas visitar fincas, parcelas, patios y cooperativas agropecuarias para intercambiar directamente con los productores.

En Cuba la reanimación de la agricultura para aumentar la producción de alimentos es considerada un "reto inaplazable" y un asunto de "seguridad nacional", para reducir las importaciones que el año pasado sobrepasaron los 1.500 millones de dólares en compras de alimentos.