Cuerpos de mineros atrapados hace 3 meses fueron rescatados por sus familias

  • Los cadáveres de tres mineros informales, que quedaron atrapados el 1 de marzo pasado en un socavón en la provincia limeña de Huarochirí, fueron rescatados hoy por sus propios familiares, tres meses después de que las autoridades suspendieran la búsqueda por el alto riesgo de derrumbes y gases tóxicos.

Lima, 12 jun.- Los cadáveres de tres mineros informales, que quedaron atrapados el 1 de marzo pasado en un socavón en la provincia limeña de Huarochirí, fueron rescatados hoy por sus propios familiares, tres meses después de que las autoridades suspendieran la búsqueda por el alto riesgo de derrumbes y gases tóxicos.

Según informó la emisora Radio Programas del Perú (RPP), la mina se ubica en una zona muy accidentada conocida como Agua Salada, a la que solo se puede acceder tras cinco horas de camino, por lo que los cuerpos aún permanecen en las inmediaciones del socavón.

Claudia Porras, hermana de uno de los mineros informales muertos, pidió ayuda a las autoridades: "No nos han ayudado con la labor de rescate, pero necesitamos que nos ayuden con el traslado de los cuerpos", dijo.

Elissa Justiniano, madre de otra de las víctimas, añadió que los familiares de los mineros han gastado cerca de 18.000 soles (unos 6.600 dólares) en la búsqueda de las víctimas y que ahora ya no tienen más dinero.

"Un helicóptero es nuestra única esperanza, porque los cuerpos están muy maltratados y no queremos que se maltraten más. Queremos llevarlos para darles cristiana sepultura", declaró Justiniano a RPP.

Las autoridades han dispuesto que hasta la zona se traslade un equipo de policías y fiscales para ordenar el traslado de los cadáveres de los hombres, que tenían 19, 22 y 32 años.

Un día después del accidente, el 2 de marzo pasado, un minero que logró escapar del derrumbe dio la voz de alerta a las autoridades que, en un primer momento, organizaron una operación de rescate.

Sin embargo, las autoridades decidieron suspender la búsqueda tres días después, tras escuchar las recomendaciones de otros mineros que alertaron sobre el gran peligro que encerraba el socavón.

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