Daniel Martín triunfa en Madrid con muchas cosas en contra

  • Una novillada de muy difícil comportamiento, hoy en Las Ventas, sin embargo, no fue óbice para que el salmantino Daniel Martín dejara claras sus grandes posibilidades para abrirse paso en la profesión, con un triunfo de una oreja que, por tanto como tuvo en contra, vale su peso en oro.

Juan Miguel Núñez

Madrid, 9 sep.- Una novillada de muy difícil comportamiento, hoy en Las Ventas, sin embargo, no fue óbice para que el salmantino Daniel Martín dejara claras sus grandes posibilidades para abrirse paso en la profesión, con un triunfo de una oreja que, por tanto como tuvo en contra, vale su peso en oro.

FICHA DEL FESTEJO.- Cuatro novillos de Mauricio Soler Escobar y dos -segundo y tercero- de los herederos de José Escobar, del mismo encaste y cada ganadera, bien presentados peros muy deslucidos.

Daniel Martín: casi entera y tres descabellos (silencio tras dos avisos); y estocada (oreja).

El colombiano Segio Blanco: metisaca y pinchazo (silencio); y pinchazo y estocada caída (silencio).

Andrés Jiménez "Gallo Chico", nuevo en esta plaza: estocada delantera y caída (ovación); y estocada tendida y desprendida, y tres descabellos entre reiterados fallos del puntillero con el novillo echándose y levantándose varias veces (silencio tras tres avisos).

En cuadrillas, Juan José Rueda "El Ruso" saludó en el tercero.

La plaza tuvo un cuarto de entrada en tarde agradable aunque con viento en ocasiones que se dejó notar en el ruedo.

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OFICIO, VALOR Y ESTILO DE DANIEL MARTÍN

La segunda novillada del ciclo de "Encastes minoritarios" ha venido a reafirmar la teoría de lo difícil que es reflotar ganaderías proscritas por el toreo moderno y cuya procedencia tuvo antaño gran predicamento. Ensayos de cruces genéticos equivocados, en muchos casos por el absurdo imperativo de agrandar el volumen del animal, está dando al traste con el concepto de bravura.

La ganadería de la familia Escobar es una de las pocas que quedan originarias de la que formó hace casi un siglo, en 1920, Graciliano Pérez-Tabernero (los antiguos "gracilianos"), la parte "ybarreña" del conde de Santa Coloma -con predominio del pelo negro en lugar del característico cárdeno por el que se le conoce mejor-, encaste apreciado en otras épocas por aficionados y profesionales.

Paco Camino se decantó siempre por estos toros para sus compromisos claves, que le auparon a la cima del toreo. Pero con el paso del tiempo y los ensayos para cambiar la morfología del toro para atender gustos equivocados, se ha llegado a un caos en la cabaña de bravo, que ahora no es fácil enderezar.

Los novillos de la familia Escobar, a excepción del cuarto, de hocico estrecho o "cara de rata" como solía ser característica de este encaste, han estado fuera de tipo, sin atender a la morfología de su origen. Y, en consecuencia, su comportamiento ha dejado mucho, o todo, que desear.

Precisamente por las nulas posibilidades del ganado, ha tenido más mérito el triunfo del salmantino Daniel Martín, a base de aguante y mucho oficio, amén del extraordinario concepto que tiene, más allá de la lidia, del toreo como arte.

Anduvo Martín suelto con el capote en ese cuarto novillo, que empezó quedándose corto en la muleta, "metiéndose" por los dos pitones.

Poco a poco se hizo con él, esperándole muy quieto y llevándole muy templado, corrigiéndole el molesto calamocheo antes de "acompañarle" con sumo gusto. Faltó ritmo porque no había continuidad en las embestidas, pero el conjunto resultó intenso también por su notable expresión artística.

Muy decidido, capaz y enterado, muy de verdad en lo fundamental. Daniel Martín cuajó naturales increíbles, de gran dominio y mucha profundidad. Y el corolario de los remates por bajo, incluido uno del desdén, auténtico cartel de toros. Por eso, la estocada dio paso a una de las orejas de más peso en la temporada madrileña.

Fue el gran argumento de la tarde, pues la novillada no dio para más. El mismo Martín anduvo con muchas ganas pero "sin material" con el difícil primero, parado y probón.

Sergio Blanco estuvo muy decidido en sus dos trasteos, aunque también sin la colaboración de los novillos, rebrincado y descompuesto el segundo, y manso y "desarrollando" el quinto.

A "Gallo Chico" le tocó bailar con la más fea, pues aunque se empleó el tercero -primero de su lote- algo mejor por el pitón izquierdo, sin embargo, todavía le faltó un tranco en la embestida, y desde luego tuvo peligro por el derecho.

Asimismo el sexto, reservón y con la cara arriba, siempre a la defensiva, fue imposible. No obstante, no se arrugó "Gallo Chico". La pena fue los fallos del puntillero en el sexto, levantando al astado por tres veces. Nada por tanto en su contra a pesar de los tres avisos.-

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