David Ríos representará a España en los Óscar de la coctelería

  • Rapidez, creatividad, confianza, técnica y estilo de presentación son algunas de las cualidades que se miden en la World Class Competition, el certamen más importante del mundo de coctelería, que tiene ya finalista español, el vasco David Ríos (The Jigger Cocktail, Bilbao).

Madrid, 30 may.- Rapidez, creatividad, confianza, técnica y estilo de presentación son algunas de las cualidades que se miden en la World Class Competition, el certamen más importante del mundo de coctelería, que tiene ya finalista español, el vasco David Ríos (The Jigger Cocktail, Bilbao).

"Es lo máximo a lo que puede aspirar a nivel mundial un coctelero", ha afirmado en una entrevista con Efe el ganador de la semifinal española, que se ha disputado estos días en Madrid.

Se trata para muchos de los Óscar de la coctelería, un mundo que tiene cada vez más eco mediático y que está muy ligado a la gastronomía.

"Más que de una evolución, podemos hablar de una revolución. Ahora se habla de la 'cocina líquida' o, incluso, 'the art of mixing'. La figura del 'bartender' se ha profesionalizado", ha subrayado Giuseppe Santamaria, miembro del jurado en esta edición y ganador del certamen en España en 2011.

Para el barman de Ohla Boutique Bar (Barcelona), el responsable de la coctelería de un establecimiento ya no es solo "un camarero que sirve cócteles con más o menos estilo", sino "un mixólogo cuyo trabajo es crear y desarrollar mezclas".

El universo de la coctelería está, como el de la gastronomía, en un momento de evolución constante, con tendencias que van y vienen y que ahora mismo miran hacia las recetas clásicas y "vintage", según el italiano afincado en Barcelona.

"Se busca simplicidad en las formas y la presentación y sofisticación en la preparación, igual que sucede en la gastronomía y en otros sectores", subraya.

Y es que gastronomía y coctelería están cada vez más unidas: a los propios "bartenders" se les exige un conocimiento de los productos y de las técnicas culinarias, deben conocer el mundo de las frutas, las legumbres, las especias, "así como el comportamiento de los líquidos y el manejo de las texturas, estilos y colores", afirma Santamaria.

Precisamente, una de las pruebas de la World Class consiste en el maridaje entre un cóctel y un plato, en la que David Ríos ha optado por un gazpacho con whisky ahumado combinado con jamón y pan con tomate.

El examen se ha completado con otras dos pruebas, una de rapidez y otra en la que los concursantes han tenido que preparar un cóctel inspirado en estrellas de cine, en concreto en la alfombra roja del último Festival de Cannes, cuya celebración ha coincidido con el arranque del concurso.

"La inspiración nace de horas y horas de trabajo detrás de la barra", remarca Santamaría, quien encuentra "en los clásicos y la gastronomía" las mayores influencias para crear sus cócteles.

Con ellos busca "crear una pequeña historia cuyos personajes son los ingredientes, las medidas, la decoración, la presentación y la puesta en escena".

En su opinión, la coctelería puede aportar mucho a la restauración en un momento de crisis como el actual, en el que "está obligada a mantener un alto nivel de exigencia y calidad".

Sin embargo, considera que España aún mira de reojo a Estados Unidos y Reino Unido, "los dos grandes de la coctelería" que iniciaron la revolución de la mixología y hacia los que miran aún los cocteleros de todo el mundo "como una fuente en constante ebullición de creatividad y desarrollo".

David Ríos tendrá que disputarse entre un total de 50 finalistas la final del certamen, que se celebrará el 10 de julio en un crucero con paradas en Montecarlo, Niza, Saint Tropez, Ibiza y Barcelona.

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