Del dicho al hecho: la bolsa española compra el rumor y vende la noticia

  • La bolsa española ha cumplido este mes con el viejo aforismo bursátil que asegura que el mercado compra con el rumor y vende con la noticia, y ha seguido una trayectoria de subidas sostenidas por rumores y declaraciones de intenciones que no se han cumplido, y caídas propiciadas por los hechos confirmados.

Madrid, 27 may.- La bolsa española ha cumplido este mes con el viejo aforismo bursátil que asegura que el mercado compra con el rumor y vende con la noticia, y ha seguido una trayectoria de subidas sostenidas por rumores y declaraciones de intenciones que no se han cumplido, y caídas propiciadas por los hechos confirmados.

En las cuatro semanas transcurridas de mayo, el principal indicador de la bolsa española ha llegado a oscilar cerca de 800 puntos, entre su mínimo anual cerca de perder los 6.300 -su nivel más bajo desde mayo de 2003- y un máximo superior a los 7.100.

En mayo, el índice ha logrado su mayor subida intradía desde enero, del 3,42 % así como su carta mayor caída, también por encima del 3 %.

El jueves 3 el mercado esperaba algún movimiento del consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), bien que reanudara las compras de deuda soberana que interrumpió en noviembre, bien alguna muestra de apoyo a los países periféricos como España o Italia.

La negativa del organismo a aclarar su postura tanto sobre los tipos de interés como sobre cualquier otro tipo de estímulo no impidieron que la bolsa española cerrara con ganancias.

Pocos días después, el martes 8, el líder de la coalición de izquierda Syriza, segundo partido más votado en las elecciones griegas de mayo y favorito para ganar las elecciones de junio, confirmaba que si llega a formar Gobierno no asumirá los acuerdos sobre la deuda helena y nacionalizará la banca, lo que implica casi obligatoriamente la salida del país de la moneda única europea.

Ese día el IBEX cerró con las pérdidas que cabía esperar.

Algo más de una semana después, el jueves 17, el recién estrenado presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, se veía obligado a comparecer ante la opinión pública para frenar las especulaciones sobre la entidad nacionalizada y mitigar el pánico que afectaba a los depositantes y a los accionistas.

En pocos días se esfumaron cerca de 1.000 millones de depósitos, en tanto que la cotización bursátil sufría hasta situar sus títulos casi un 60 % por debajo del precio de salida.

Los datos aportados por Goirigolzarri dejaban indiferentes a los inversores, que castigaron a Bankia y al conjunto del mercado.

Sin embargo, el momento álgido en el que los inversores optaron por hacer un acto de fe y tomar una declaración de intenciones como el apoyo para ampliar sus carteras de renta variable llegó el martes 22, después de que el presidente de los Estados Unidos se implicara directamente en la solución de los problemas de la zona del euro.

Barack Obama se mostró partidario de combinar en Europa control fiscal y crecimiento y recapitalizar la banca como un medio para favorecer la frágil recuperación económica en su país.

Las palabras del nuevo mesías, que no pidió nada concreto y no consiguió que la canciller alemana, Angel Merkel, diera su brazo a torcer, fueron recibidas como maná por los inversores, que lograron que el IBEX cerrara su tercera mejor sesión del mes un día antes de que los líderes de la UE se reunieran en una cumbre informal.

Aunque la agenda del encuentro descartaba claramente la posibilidad de llegar a alguna clase de acuerdo sobre la emisión de eurobonos o la implantación de políticas de estímulo, aplazadas hasta junio, el dinero entró a raudales en la bolsa e incluso el mercado de deuda se relajó sin motivo aparente prefiriendo el rumor a los hechos.

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