Día de huelgas en Francia, incidentes en París

  • Con huelgas de controladores aéreos, funcionarios, profesores y taxistas, Francia se vio afectada este martes por una fuerte movilización social para reclamar un aumento del poder adquisitivo, que perturbó el tráfico aéreo y la circulación alrededor de París.

Las manifestaciones de taxistas, que dieron lugar a varios incidentes, se saldaron con 24 personas detenidas en la región parisina y un manifestante herido, cuando un minibús lo atropelló al intentar romper el bloqueo del tráfico en el aeropuerto de Orly (sur de París).

En la capital, unos 2.100 taxistas, según la policía, perturbaron la circulación con el levantamiento de barreras en los aeropuertos de Orly y de Charles de Gaulle (norte), mientras que el tráfico en la circunvalación que rodea París se vio interrumpido en varias ocasiones por la quema de neumáticos.

La prefectura de policía recomendaba el martes por la noche a los automovilistas que evitaran varios sectores de la capital, especialmente la Porte Maillot (oeste de París), donde varios cientos de taxis seguían congregados con la intención de pasar allí la noche.

Las protestas "continuarán esta noche y el miércoles 27 de enero", también en los aeropuertos de la capital francesa, agregó la prefectura.

En grandes ciudades, como Toulouse (suroeste), Marsella, Aix-en-Provence (sur) y Lille (norte), el movimiento de protesta también generó perturbaciones, especialmente en aeropuertos y estaciones de trenes.

"Es nuestra supervivencia lo que está en juego", declaró Ibrahima Sylla, portavoz de la asociación Taxis de Francia.

Los taxistas protestan por lo que consideran una competencia desleal de las empresas de vehículos de transporte con chófer (VTC), que tira abajo las tarifas y hace bajar sus ingresos.

"Antes, hacía 10 o 12 carreras por día, ahora sólo hago cinco o seis", afirmó a la AFP Rahim Edalat, taxista parisino desde hace 20 años.

El primer ministro francés, Manuel Valls, que condenó actos de violencia "inadmisibles", recibió a los representantes de los taxistas al mediodía y propuso el nombramiento de un mediador y el aumento de los controles para "garantizar condiciones de competencia leal" entre taxis y VTC.

En junio de 2015, los taxistas franceses ya se movilizaron por los mismos motivos, centrando sus críticas en UberPop, filial de la empresa norteamericana VTC Uber.

UberPop se prohibió posteriormente en Francia, pero la tranquilidad no volvió al sector, máxime cuando los profesionales denuncian una bajada de entre un 20% y un 30% de la actividad sólo en París.

Este movimiento coincide con el llamado a la huelga a los cinco millones y medio de funcionarios franceses, así como en el sector de los transportes.

La huelga de controladores aéreos provocó la suspensión del 20% de los vuelos en los aeropuertos de París. Los conductores de trenes o metros no se sumaron en cambio al paro.

Sometidos a un régimen de austeridad desde hace más de cinco años, los funcionarios reclaman por su parte un aumento de su poder adquisitivo.

Según el gobierno, menos del 10% de funcionarios participaron en la huelga, una cifra que el sindicato CGT sube hasta el 30%, afirmando que se trata de la "mayor movilización de la función pública" desde la elección del socialista François Hollande como presidente en 2012.

Entre 110 y 120 manifestaciones estaban previstas en Francia. En París, varios miles de funcionarios (6.000, según la policía, y 15.000, según los manifestantes) desfilaron detrás de banderolas en las que podía leerse "Ya basta de austeridad" y "Aumentar los salarios, no a los accionistas".

Además de la disminución del poder adquisitivo, los sindicatos de funcionarios denuncian "la pérdida de puestos de trabajo en sectores claves de la función pública" y reclaman "creaciones netas de empleos públicos", particularmente en hospitales.

Aunque se anunciaron contrataciones para 2016 en los sectores de la seguridad (policía, justicia) después de los atentados de París, y también en la educación, los funcionarios "perdieron globalmente 150.000 puestos desde 2007", según los sindicatos.

La ministra de la Función Pública, Marylise Lebranchu, reiteró el martes que los funcionarios no deben esperar un "gran aumento" en la negociación salarial prevista en febrero, aunque agregó que "escucha" sus reivindicaciones.

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