Donación, trueque y compraventa para no dejarse un dineral en libros de texto

  • La crisis de las economías domésticas más la reducción o supresión de ayudas públicas para la adquisición de libros escolares empuja a más familias a optar por los usados, que intentan conseguir por la donación de otras, el intercambio o la compraventa, espontáneamente o a través de entidades sociales.

Madrid, 29 sep.- La crisis de las economías domésticas más la reducción o supresión de ayudas públicas para la adquisición de libros escolares empuja a más familias a optar por los usados, que intentan conseguir por la donación de otras, el intercambio o la compraventa, espontáneamente o a través de entidades sociales.

Un tercio de escolares tendrá dificultades graves para llevar los libros por la imposibilidad de asumir el gasto, según la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), así que hay que buscar alternativas, siempre con cuidado de que no estén desfasados y se encuentren bien conservados.

"Los libros de mi hijo para primero de bachillerato los he comprado por 75 euros, unos en tienda y otros en la calle, cuando hubiera pagado unos 200 si fueran nuevos", explica a Efe Rosi, una madre de San Fernando de Henares (Madrid).

Pero ha tenido que adquirirlos sin usar para el de infantil -unos 180 euros-, pues los niños suelen garabatearlos y pintarlos para los ejercicios, explica, y los dejan inservibles.

Es la primera vez que acude al tradicional mercadillo al aire libre de la calle de los Libreros de la capital, donde vende manuales de ESO al precio de 10 ó 15 euros y saca así para los que ella necesita.

Alberto desconocía esta compraventa callejera; en dos días, comenta, se ha desprendido de los que estudió en segundo de bachillerato por 135 euros, mientras que se apañará con fotocopias y alguno de segunda mano para el primer curso de Educación Física.

Otros jóvenes prefieren hacer cola delante de las pocas librerías de nuevos y usados que sobreviven en esta calle: unos, con maletas repletas para vender; y el resto, con una lista de compra.

Pedro, responsable de una de ellas, La Casa de la Troya, especializada en bachillerato y universidad, se queja de la "competencia desleal" del rastrillo, que ha aumentado de manera "bestial".

Pide que, al menos, los vendedores se pongan lejos de las tiendas y sospecha que algunos son ya "profesionales" que, si uno se descuida, se cuelan en la librería intentando captar clientes.

Recuerda que hubo "bastante mercadillo" en los años ochenta y tiene la impresión de que ahora ha aumentado la demanda de los usados, que él vende por 18 ó 20 euros, según el estado de conservación.

El intercambio y la compraventa tampoco son ajenos a Internet, donde proliferan las páginas especializadas, ni al interés de docentes y colegios, asociaciones de padres, de vecinos, ONG o ayuntamientos.

En Beniel (Murcia), profesorado del instituto público Gil de Junterón emprendió una campaña de recogida y distribución de libros al final del curso pasado, que se ha completado durante septiembre, según cuenta la alumna del centro y presidenta de la Federación Murciana de Asociaciones de Estudiantes, María Rodríguez.

Y "a patadas" ha aumentado la demanda ciudadana de información y ayuda que reciben las asociaciones de barrio por este problema, unido a la subida del IVA de parte del material escolar, explica a Efe el presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales, José Vicente Vallín.

Hay asociaciones, comenta, que tienen programa propio de recogida y reparto; y otras colaboran con los padres.

Vallín hace una petición: que los alumnos deterioren los libros lo justo, para que sigan valiendo.

Una experiencia de intercambio es "Trueke Book", organizado a principios de este mes por la Asociación de Vecinos de Centro-La Latina de Madrid (Avecla) y el Centro de Participación e Integración de Inmigrantes (CEPI) Hispano Marroquí.

La coordinadora de proyectos de Avecla, Claudia Mora, explica que la iniciativa partió de padres y madres del CEPI y del colegio de La Paloma; se han beneficiado alumnos de varias nacionalidades y distintos centros educativos.

También algunas delegaciones diocesanas de Cáritas desarrollan acciones específicas de recogida de libros, como la de Palencia y la de Segovia.

Cruz Roja calcula que cubrirá las necesidades de material escolar de 10.000 alumnos más entre este curso y el próximo, lo que casi dobla los atendidos hace un año (11.000).

El ayuntamiento de Coslada (Madrid) ha promovido un banco de donaciones e intercambio; y el de Piélagos (Cantabria) compra libros, los entrega gratuitamente y los recoge al final de curso.

La edición de libros de texto se verá perjudicada por estas circunstancias con una bajada de ventas del 10 ó el 15 %, aunque son cálculos muy provisionales, según fuentes del sector.

Auguran que aumentará algo la reutilización o préstamo "espontáneo" entre familiares y conocidos, que suele ser de un 20 % en primaria, un 40 % en secundaria y un 60 % en bachillerato, y recuerdan que los "bancos de libros" siempre han existido.

Ceapa y los padres católicos de Concapa defienden como una buena opción el sistema de préstamo y reutilización que han implantado varias comunidades. EFE

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