En la semana finalizada el 29 de enero, las reservas de crudo aumentaron en 7,8 millones de barriles a 502,7 millones y superó por primera vez el umbral de los 500 millones desde que se llevan registros semanales. Los expertos interrogados por la agencia Bloomberg esperaban un incremento de cuatro millones de barriles.
En un mercado saturado por la sobreoferta, los datos son aún peores que lo estimado por la asociación profesional American Petroleum Institute (API), que calculaba un aumento de reservas de 3,3 millones de barriles.
Los datos divulgados por el DoE son los peores desde 1982 cuando comenzaron las estadísticas semanales. Y en lo que respecta a estadísticas mensuales, son los más altos desde la década de 1930.
Los stocks de combustible aumentaron en 5,9 millones de barriles, una cantidad por encima de los 2,5 millones estimados en Bloomberg pero algo menos de los 6,6 millones calculados por API.
En cambio, las reservas de destilados, entre ellos diésel y aceite de calefacción, bajaron 800 mil barriles. Los analistas de Bloomberg preveían una merma de 400.00 barriles.
La producción, en tanto, tuvo una leve caída de 7.000 barriles diarios y se situó en 9.214 millones. Esa caída fue atribuida a un reflujo en los campos petroleros de Alaska.
Las reservas de la terminal de Cushing, que son la referencia para cotizar el crudo WTI en Nueva York, aumentaron 800.000 barriles a 64,2 millones.
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