El Banco de Inglaterra no vio llegar en ningún momento la peor crisis financiera de las últimas décadas. Según documentos hechos públicos este miércoles por el organismo, la entidad se sumió en el caos el día en el que la crisis golpeaba de lleno a Reino Unido, en septiembre de 2007.
Los documentos, que recogen los minutajes de las reuniones mantenidas por la entidad con el gobierno y con otros organismos financieros, revelan que el día en el que el banco Northern Rock pedía un rescate a la entidad, tuvieron que convocar una reunión de urgencia para hacer frente a la situación. La Corte, que es el ente gobernador del organismo, no fue informada antes de la magnitud del problema. Anteriormente, en el mes de julio de ese año, había señalado la liquidez como un problema a solucionar, pero no había hecho nada con ello.
Los minutajes han revelado así la forma de trabajar del organismo durante uno de los momentos más críticos de su historia. En sus reuniones, secretas, adoptó nombres en código para los bancos del país e incluso después del rescate a Northern Rock se congratuló sobre su forma de actuar.
Según revelan además los documentos, se conoce ahora que el banco Alliance & Leicester estuvo a punto de pedir la ayuda financiera al estado británico. El informe, en pleno año electoral en Reino Unido, promete generar ampollas entre los grupos políticos, con la economía como tema central durante la campaña electoral. En los documentos se revela también las fuertes críticas del grupo al entonces gobierno, laborista, calificando sus medidas de "mal informadas".
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