El BCE cambia su política monetaria con su disposición a comprar deuda

  • El Banco Central Europeo (BCE) ha cambiado en 2012 el rumbo de su política monetaria contra la crisis con el anuncio de su disposición a comprar deuda soberana de países con dificultades de financiación en el mercado secundario, pese a la oposición del Bundesbank.

Arantxa Iñiguez

Fráncfort (Alemania), 13 dic.- El Banco Central Europeo (BCE) ha cambiado en 2012 el rumbo de su política monetaria contra la crisis con el anuncio de su disposición a comprar deuda soberana de países con dificultades de financiación en el mercado secundario, pese a la oposición del Bundesbank.

La decisión ha contribuido a relajar las tensiones en los mercados de deuda soberana de los países periféricos de la zona del euro y a relajar las primas de riesgo de España e Italia, que se habían situado en algunos momentos por encima del 7 %, alcanzando el nivel al que habían sido rescatados países como Grecia, Portugal e Irlanda.

El consejo de gobierno del BCE ha recortado este año los tipos de interés rectores en una ocasión, en julio de 2012, hasta dejarlos en el actual mínimo histórico del 0,75 %, rompiendo el tabú del mínimo del 1 % que parecía que nunca iba a atravesar.

Además, el BCE acometió a finales de febrero la segunda de las dos operaciones de inyección de liquidez a tres años (la primera fue en diciembre de 2011). Ambas operaciones han permitido a los bancos de algunos países periféricos -sobre todo España e Italia- contar con efectivo suficiente para cubrir sus necesidades y comprar deuda soberana de sus respectivos países.

Pero sin duda el mayor cambio en la política monetaria del BCE bajo la presidencia del italiano Mario Draghi ha sido este año el anuncio del nuevo programa de compra ilimitada de deuda soberana de países con dificultades de financiación.

El programa está sujeto a la condición de que los países que se beneficien soliciten ayuda de algunos de los programas de los fondos de rescate europeos, temporal o permanente.

"El BCE es un banco central en la migración occidental, que se aleja de un Bundesbank fiel a sus principios y va en dirección hacia un banco central cercano a la política de tipo anglosajón", dijo a EFE el economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer.

"Draghi ha forzado esta migración occidental dado que ha prometido compras ilimitadas de deuda soberana y de hecho ha financiado parte del gasto público griego", según Krämer.

El director de Análisis de coyuntura de la aseguradora Allianz, Rolf Schneider, dijo a EFE que el BCE no ha cambiado esencialmente su política monetaria, que persiste en el objetivo de mantener estables las expectativas de inflación, pero también garantizar que funciona el mecanismo de transmisión.

Debido a la intensificación de la crisis de endeudamiento de la zona del euro, que en junio y julio podría haber creado riesgos para el sistema financiero de la zona del euro, el BCE anunció en agosto el nuevo programa de compra de deuda soberana.

"En este contexto, esta medida está justificada", consideró Schneider.

A este programa se opone el Bundesbank, pero Draghi ha dejado claro que la disposición a comprar deuda soberana es la posición mayoritaria del consejo de gobierno.

El presidente del banco central alemán, Jens Weidmann, fue la única persona que votó en contra de este nuevo programa, conocido como Outright Monetary Transactions (OMT), como explicó el propio Draghi en rueda de prensa.

El BCE ha defendido con vehemencia la necesidad de aplicar este programa, en las actuales circunstancias financieras y económicas en la zona del euro, donde los bajos tipos de interés no llegan a la economía real en países como España o Italia.

A diferencia de su antecesor Axel Weber, que había presidido el Bundesbank desde el 30 de abril de 2004 y dimitió en febrero de 2011 por el primer programa de compra de deuda del BCE, Weidmann ha permanecido al frente de la entidad germana.

Los defensores de la política monetaria ortodoxa, entre los que también se encontraba el antiguo economista jefe del BCE, el alemán Jürgen Stark, quien también dimitió, critican que con la compra de deuda soberana el BCE traspasa sus competencias de política monetaria y entra en las de política fiscal.

Asimismo el BCE ha manifestado este año que está dispuesto a llevar a cabo la supervisión bancaria unificada en la zona del euro siempre y cuando mantenga su independencia en sus funciones de política monetaria. EFECOM

aia/cs

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