El comité de la discapacidad califica 2012 de "año horrible" para el sector por los recortes


El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) ha advertido que 2012 ha sido un año en que se han intensificado "hasta extremos de casi devastación los efectos de la crisis económica y de los ajustes presupuestarios de todas las administraciones en las estructuras de bienestar dirigidas a la inclusión de las personas con discapacidad y sus familias".
El Cermi señala en una nota de prensa que "la situación es tal que ha llevado a hablar, sin exageración, de la discapacidad como zona próxima a lo catastrófico y que nos ha inducido a lanzar una llamada de socorro, un SOS Discapacidad, que clamaron más de 90.000 personas en Madrid, el pasado día 2 de diciembre".
El comité recuerda que en las comunidades autónomas las políticas de recorte, iniciadas hace 4 o 5 años, se han agudizado de tal manera que el sector de la discapacidad corre un claro peligro de colapso.
En este sentido, destaca las reducciones presupuestarias "agresivas", la supresión de programas consolidados durante mucho tiempo, retrasos e impagos generalizados al mundo asociativo por servicios que este presta por delegación de las administraciones, desaparición de entidades por falta de financiación y aumento de la exclusión y la pobreza.
Asegura el Cermi que estos recortes lleva a la "destrucción del frágil bienestar alcanzado en los últimos años para un grupo social tan vulnerable en términos de derechos como el de las personas con discapacidad y sus familias" y agrega que "la agresión contra la discapacidad ha sido práctica extendida, de la que solo cabe levantar acta".
En el ámbito estatal, el sector de la discapacidad ha acusado con mayor virulencia las políticas de reducción del gasto impuestas, "o pretextadas", por la situación económica.
"No ha habido una voluntad deliberada de debilitar específicamente las políticas de discapacidad", afirma el comité, "y de hecho la interlocución y el diálogo políticos se han mantenido en un grado aceptable, fluido incluso, pero los recortes genéricos operados en ámbitos como el empleo, la sanidad, la autonomía personal y la dependencia, les pensiones o la educación, por citar solo las áreas más relevantes desde el punto de vista de la inclusión, han repercutido gravemente sobre los recursos y los dispositivos de apoyo a la discapacidad, situándolos en una posición de enorme precariedad, con dudas sobre su misma continuidad".
Además, señala que se han paralizado las iniciativas nuevas, quedando la agenda política de la discapacidad inactiva y añade que "el error de nuestra clase política dirigente, la prueba de su ineptitud culpable, es que no saben actuar sino es echando mano del dinero. La política es una triste y mísera sucursal de lo económico, sin autonomía propia".
A este respecto, expone la nota que "la política que tenía que dirigir también la economía, es, invertidas las tornas, un subproducto de lo económico, la única esfera, todopoderosa y omnímoda".
En este contexto, el Cermi lamenta que siquiera se adopten decisiones e iniciativas "que puestas en práctica contribuyen a generar cambio social favorable a la extensión e intensificación de los derechos y a la inclusión de las personas con discapacidad y sus familias, y que no están condicionadas por los recursos económicos, que son independientes de estos. Medidas sin coste (o sin coste apreciable) que mejoran las condiciones de vida y de ciudadanía, identificadas, formuladas y factibles, pero que tampoco se adoptan".

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