El consumo nacional de áridos retrocede el 80 % desde los máximos de 2006

Madrid, 23 may.- El consumo nacional de áridos encadenó en 2013 su séptima caída anual consecutiva tras disminuir un 20,8 %, un porcentaje que se eleva al 81,1 % comparado con los máximos que se registraban en 2006, según los cálculos de la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos (Anefa).

Esta situación ha supuesto la destrucción de cerca de 7.000 puestos de trabajo directos y 25.000 puestos de trabajo indirectos desde el inicio de la crisis.

En consecuencia, Anefa, que ha nombrado a Ramón Ruberte nuevo presidente tras la salida de Javier Andrada después de tres mandatos, prevé otro nuevo ejercicio negativo, aunque con una intensidad más moderada (6,7 %).

Por lo tanto, y a la vista de los indicadores conocidos, la situación para este año 2014 prevé un retroceso más moderado con tendencia a la estabilización con caídas en el consumo de áridos que se encontrarán en el entorno del 5 % o del 8 %.

De hecho, el consumo a cierre de 2014 podría situarse en la horquilla 80 y 90 millones de toneladas.

A cierre del pasado año, el consumo de áridos para la construcción marcó un mínimo al situarse en 91,7 millones de toneladas.

Con todo ello, el consumo total de áridos en el año 2013 se situó en 113 millones de toneladas, lo que arroja una caída del 17,8 %).

Así, el volumen del negocio del sector de áridos para la construcción, excluido el transporte, acumula una caída del 85 % desde sus valores máximos.

Por comunidades, la caída del consumo de áridos para la construcción experimentó los mayores retrocesos en Galicia (32,4 %), Extremadura (29,4 %) y Aragón (26,8 %), mientras que Navarra, Cantabria y Asturias fueron las que presentaron menores caídas desde el inicio de la crisis, mostrando retrocesos por encima del 50 %.

Desde 2006, cuando el consumo de áridos por habitante en España era uno de los más importantes de Europa, con cerca de 12 toneladas por habitante al año, esta cifra ha caído hasta 1,94 toneladas, muy por debajo de la media europea (5 toneladas/habitante/año).

Para la asociación, estos valores son más propios de países subdesarrollados del tercer mundo que de una economía occidental integrada en la UE como la española ya que España ocupa el penúltimo puesto de los 35 países analizados tras Letonia.