El corazón militar de EEUU vive bajo la incertidumbre de los recortes

  • La región de Hampton Roads (Virginia), el corazón militar y armamentístico de Estados Unidos, vive bajo la incertidumbre de que el próximo viernes se ejecuten los recortes indiscriminados al gasto público, algo que, de producirse, afectaría a cientos de miles de familias.

Raquel Godos

Newport News (EE.UU.), 26 feb.- La región de Hampton Roads (Virginia), el corazón militar y armamentístico de Estados Unidos, vive bajo la incertidumbre de que el próximo viernes se ejecuten los recortes indiscriminados al gasto público, algo que, de producirse, afectaría a cientos de miles de familias.

En el astillero de Newport News hoy se han congregado más de un millar de trabajadores para escuchar al presidente estadounidense, Barack Obama, en uno de sus últimos intentos por presionar a los congresistas republicanos y lograr un acuerdo que evite la reducción en la inversión pública en más 85.000 millones de dólares durante los próximos siete meses.

Y es que, como advirtió hoy Obama ante algunos de los que "construyen la maquinaria naval más sofisticada del planeta", el sector de Defensa sería uno de los más "dañados" por los recortes, afectando solo en el estado de Virginia a más de 90.000 civiles que tendrían que acogerse a la reducción salarial o de jornada forzosas.

Algunos, como Don Wyan, que trabaja para la constructora naval Huntington Ingall Industries, aun son "optimistas".

"Ahora mismo las bajas forzadas pueden afectar a civiles, a empleados navales. Pueden afectar a nuestros trabajos porque hay encargos que ya están entrando y se verían retrasados. Cosas como esa afectarían a los constructores de barcos y a sus proveedores. (...) Pero soy optimista", dijo a Efe Wyan minutos antes de la aparición de Obama.

Sin embargo no todos los trabajadores tienen tanta confianza en que finalmente se puedan evitar las reducciones presupuestarias.

Ricardo Alfonso Palacios, de origen hondureño, está convencido de que "de cierta forma van a dejar que pase".

Palacios culpa tanto al Gobierno como al Congreso de "jugar a ver quién cede primero" y los acusa de hacerlo sin tener en cuenta "que están jugando con gente y con una forma de vida".

"Si siguen de esta forma mucha gente perderá trabajos, muchos niños no tendrán qué comer. A largo plazo, algo que ellos tal vez no entienden es que todos los que pierdan el trabajo van a entrar a programas del Gobierno y van a necesitar alimentación. Tendrán que mantener a esas personas y no vamos a ser productivos", explicó a Efe.

Pero en Virginia, donde viven cientos de miles de personas relacionadas con el sector militar, contratistas y veteranos, no solamente preocupa la pérdida de empleo y el descenso de la capacidad productiva, también lo hace el temor a que Estados Unidos vea reducida su capacidad militar.

"Construimos las maquinarias más impresionantes del mundo, nadie tiene lo que nosotros como nación y es lo que nos da ese avance, si empezamos a jugar con ello puede que lo perdamos y no es justo para el país entero. (...) Es una parte muy importante para la seguridad nacional", insistió Palacios.

El hondureño, además, deseó que esta visita del presidente le sirviera para palpar "la incertidumbre" con la que viven muchos ciudadanos de este estado de la Costa Este ante los recortes, que cada vez, parecen más inevitables.

Preguntado sobre si cree que los recortes influirán en la capacidad militar del país, Palacios respondió: "definitivamente, sí".

"Algo que hace grande a este país es que siempre estamos preparados para cualquier cosa que se nos venga. (...) Como nación necesitamos mantener el estatus de ser la mayor fuerza del planeta", subrayó.

Un poco más tarde Obama se dirigía a él y al resto de los trabajadores allí congregados, repitiendo una consigna como si minutos antes hubiera escuchado a Palacios: "Los recortes debilitarán nuestra recuperación económica. Debilitarán nuestra capacidad militar. Y debilitarán los servicios básicos de los que el pueblo estadounidense depende cada día".

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