El crecimiento inteligente: la última receta de los economistas para salir de la crisis

    • La Fundación BBVA e IVIE plantean un nuevo patrón económico que priorice la formación continua del capital humano, la inmersión tecnológica, la especialización productiva y la conexión entre conocimiento y empresa.
    • España apenas dedica el 55% de su renta a retribuir el conocimiento frente al 69% de Alemania o el 74% de Italia.
Imagen del Parque Tecnológico Walqa en Teruel.
Imagen del Parque Tecnológico Walqa en Teruel.
Bruno Pérez

He aquí un ejemplo de cómo funcionan los mecanismos que conducen a la innovación. La Fundación BBVA planteó hace unos meses al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) el desafío de identificar los principales motores y obstáculos que estaban determinando el comportamiento de la economía española en el actual contexto de crisis.

El IVIE reunió entonces a una veintena de sus más destacados investigadores, cinco catedráticos universitarios de Economía entre ellos, bajo la coordinación del Doctor y Catedrático en Economía de la Universidad de Valencia, Francisco Pérez García, para dar cumplida respuesta a la petición.

Meses después, esta asociación temporal de materia gris ha dado como resultados un completo informe de 336 páginas: Crecimiento y competitividad. Motores y frenos de la economía española, que fue presentado ayer por la Fundación BBVA; y una teoría innovadora: el crecimiento inteligente.

¿Qué es el crecimiento inteligente? Pues el resultado esperable (no olvidemos que es una teoría) de un conjunto de iniciativas en todos los ámbitos, político, empresarial, educativo y familiar, para intensificar el uso productivo del conocimiento.

A grandes rasgos, ese nuevo patrón se definiría por unas administraciones públicas más tecnologizadas y menos burocratizadas, unas empresas más sofisticadas, un sistema educativo más orientado hacia el mercado laboral y una actitud de aprendizaje constante por parte de los individuos.

¿Cómo se consigue eso? Modificando radicalmente la realidad actual. Una realidad en la que el peso del conocimiento en la economía apenas alcanza el 55% del PIB, cuando en Alemania es del 69%, en Italia del 74% y en el Reino Unido, del 80%.

"Parte del camino ya se ha recorrido", tranquiliza el profesor Pérez García, coordinador del estudio. "Las empresas más eficientes son las que mejor están resistiendo la crisis y lo mismo ocurre con el empleo: se está reteniendo a los trabajadores con mejor formación. Los puestos de técnicos y especialistas representan ya el 35% del empleo total".

A partir de estos indicios, el IVIE ha definido los perfiles de este nuevo modelo económico que se desarrollaría en torno a cinco ejes principales:

1. Especialización productiva. "No se trataría tanto de industrializar el perfil sectorial de la economía , como de fomentar una producción lo suficientemente sofisticada para competir con éxito en los mercados", explica el coordinador del estudio.

Según el IVIE, esto pasaría por crear empresas más grandes, capaces de explotar el conocimiento y competir en mercados amplios; favorecer la base tecnológica mediante la extensión de la fibra óptica y la banda ancha a precios reducidos, y eliminar las barreras, "en especial las regionales", en ámbitos como los servicios profesionales y la actividad comercial.

2. Empresas más vivas y competitivas. Esta nueva economía necesitaría de empresas más competitivas. Para ello, las administraciones deberían reducir los costes fiscales, laborales y administrativos que condicionan su desarrollo, pero éstas deberían también implementar planes para mejorar su gestión.

El IVIE señala cinco áreas en las que las compañías deberían mejorar su desempeño: la capacitación de sus recursos humanos, la profesionalización de sus directivos, la inversión en nuevas tecnologías, la gestión de los procesos de innovación y la ampliación de sus mercados hacia el exterior.

3. La palanca de las exportaciones. Probablemente ya hayan leído que España ha mantenido e incluso incrementado su cuota exportadora durante la crisis. Es cierto. También lo es que ésta no se corresponde con el peso de su economía y que con el actual ritmo de ventas, España tardaría décadas en sacudirse el déficit exterior acumulado en los últimos quince o veinte años.

¿Qué dice la teoría del crecimiento inteligente? Hay que incrementar las exportaciones, hay que mejorar la presencia en los mercados emergentes y hay que avanzar en la diversificación exportadora y en la sofisticación productiva.

¿Por qué las empresas españolas no tienen una mayor presencia en Latinoamérica? ¿Por qué no tienen expertos en internacionalización en nómina? Son asuntos que deben corregir las empresas. ¿Qué debe hacer la Administración? Apoyarlas presupuestariamente, impulsando la presencia de las más competitivas en mercados donde el país no tiene una presencia significativa; y ofreciendo al mercado profesionales bien formados en idiomas y con conocimientos en disciplinas relacionadas con la internacionalización.

4. Educación orientada a la empresa. ¿Crees que tu vida profesional hubiera sido diferente si un orientador te hubiera informado en su día de las posibles salidas laborales de los estudios que estabas a punto de cursar? ¿O si hubieras realizado prácticas profesionales en una empresa mientras cursabas tus estudios? El IVIE también lo cree. Y, de hecho, éstas son dos de las propuestas de reforma que plantea en el ámbito educativo.

También que se amplíe y generalice la oferta universitaria para ya titulados e incluso para trabajadores, que los itinerarios del sistema educativo tengan en cuenta las necesidades de las empresas, que se favorezca la excelencia de los centros universitarios mediante incentivos económicos vinculados a sus resultados y que se favorezca la formación continua como un elemento más de un puesto de trabajo.

5. Apostar por el conocimiento. "El refuerzo de la base tecnológica de la sociedad pasa por un apoyo decidido al acceso y uso masivo de las nuevas tecnologías en el sistema educativo, sanitario, hogares, instituciones y tejido productivo".

Desde esta premisa, el IVIE propone familiarizar a la sociedad con las nuevas tecnologías desde abajo, reforzando la formación de los profesores, generalizando la conexión de banda ancha en escuelas, universidades, bibliotecas, museos, universalizando, en fin, el uso de las nuevas tecnologías con fines educativos.

A partir de ahí, resolver el problema de la desconexión absoluta entre empresa e I+D+i, que constituye uno de las principales debilidades de la economía española.

Para ello, apoyan incentivar la investigación aplicada, los puentes que permitan la aplicación práctica del conocimiento existente en universidades y centros de investigación; estimular los programas de investigación cofinanciados por empresas y favorecer una política de incorporación de jóvenes investigadores para atraer el talento a España, y no al revés.

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