El escenario catalán tras el 27-S: inestable, radicalizado y abocado a nuevos comicios

    • Un investigador y una profesora en Ciencia Política y un catedrático en Derecho Procesal analizan la situación tras las elecciones y anticipan el panorama que nos encontraremos en el corto plazo.
    • Para Gutiérrez de Cabiedes, "el escenario es muy incierto, con posiciones enquistadas y sin actuaciones a la vista que hagan cambiar de escenario positivamente e inestabilidad política institucional".
El president Artur Mas y Junts pel Sí se enfrentan a una legislatura compleja.
El president Artur Mas y Junts pel Sí se enfrentan a una legislatura compleja.

Tras las elecciones autonómicas catalanas del pasado 27 de septiembre se presenta un panorama político incierto y de clara inestabilidad, que podría hacer que la actual legislatura sea aún más breve que las dos anteriores en Cataluña .

La posibilidad de formar un gobierno sólido parece complicada y Junts pel Sí, el ganador de los comicios, pero lejos de la mayoría, solo tiene como opción, en principio, la Candidatura de Unidad Popular(CUP), una alternativa que radicalizaría posiciones.

El catedrático de Derecho Procesal de la Universidad CEU San Pablo, Pablo Gutiérrez de Cabiedes, el investigador en Ciencia Política de la UOC, Ivan Serrano y la profesora titular en Ciencia Política de la Universidad de la Universidad CEU San Pablo, Ainhoa Uribe, analizan la situación y adelantan el panorama que nos encontraremos en el corto plazo.

"El escenario es muy incierto, con posiciones enquistadas y sin actuaciones a la vista que hagan cambiar de escenario positivamente, e inestabilidad política institucional. Incertidumbre interna, entre las propias fuerzas políticas catalanas (tensiones internas en JpS, actuación de la CUP, investidura de Más: pregunta siguiente), e incertidumbre externa, en cuanto al desafío a la legalidad por las formaciones partidarias de la secesión", asegura Pablo Gutiérrez de Cabiedes, catedrático de Derecho Procesal de la Universidad CEU San Pablo.

Gutiérrez de Cabiedes asegura que será especialmente importante y merecedor de seguimiento los movimientos internos, tensiones y presiones que van a tener lugar en torno a la investidura (de Mas u otro presidente, cuál y por qué) y la conformación de Gobierno. "Y en un futuro hipotético, incluso, la de un Presidente distinto, en caso de caída política/judicial penal de Artur Mas", admite.

Por su parte, el investigador en Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Ivan Serrano, asegura que el primer reto será la formación de gobierno, para lo cual Junts pel Sí y las CUP deberán explorar ámbitos de acuerdo más allá de su posición independentista, incluyendo elementos de agenda social como de los pasos futuros del proceso. "De hecho es un aspecto fundamental llegar a algún tipo de acuerdo para el período de transición que se inicia con estas elecciones", asegura.

Mientras, para Ainhoa Uribe, coordinadora académica del Grado de Ciencias Políticas y profesora titular en Ciencia Política de la Universidad CEU San Pablo, admite que el escenario que se dibuja tras los comicios es sumamente complejo, ya que se plantea una Cataluña de bloques: a un lado, los nacionalistas, que pese a no haber logrado el éxito electoral esperado, son un grupo compacto luchando por una meta común, a otro lado, los no nacionalistas, cuyo problema fundamental radica en la dispersión ideológica de unos y otros, lo que dificulta el desarrollo de estrategias conjuntas.

"El resultado de todo ello es que deja en manos de un grupo populista, de extrema izquierda y corte nacionalista, CUP, la llave del futuro gobierno autonómico", advierte.Gobierno CUP-Junts pel Sí

Para Ainhoa Uribe, es muy difícil que CUP y Junts pel Sí alcancen acuerdos, más allá de los que se centren en impulsar medidas para lograr más autonomía para Cataluña. Ideológicamente los partidos de Junts pel Sí son muy diversos, a lo que se suma la radicalidad de CUP, partido populista con tintes nacionalistas. Son vecinos que comparten un mismo edificio, por tanto, pero cuya convivencia no va a ser fácil.

Mientras, Gutiérrez de Cabiedes señala que las formaciones que componen Junts pel Si entre sí y de ellas con la CUP son muy heterogéneas en cuanto a programa económico y social y por eso han aparcado todo debate y confrontación en cuanto a esos aspectos ("especialmente importantes y urgentes en el presente momento histórico para salir de la crisis") y han acordado centrarse y tratar únicamente los aspectos referidos a la independencia.

"Pero esa heterogeneidad (radicalmente distinto modelo económico y social, corrupción política institucional anterior, etc.) puede provocar tensiones internasen JpS y falta de apoyo para la investidura de Mas por la CUP, e incluso un alineamiento de algunas fuerzas y componentes de JpS (como ERC) con la CUP y hasta con Catalunya si que es Pot (como está proponiendo por ejemplo esta formación, franquicia de Podemos) más que con el resto de JpS (Convergencia). Todo dependerá de cuanta preponderancia se dé al tema soberanista sobre los demás problemas ciudadanos o agenda social", señala.La alternativa a la CUP

Dos diarios -El Mundo y El Plural- han apuntado la posibilidad de un tamayazo que permitiese gobernar a Artur Mas. Así, el columnista de El MundoCasimiro García Abadillo aseguraba unas semanas antes de las elecciones que Mas tenía apalabrado el respaldo de los dos o tres parlamentarios que podrían hacerle falta para lograr la mayoría absoluta y que procederían de Catalunya Sí que es Pot. Aseguraba que el líder de esa lista, Luis Rabell, había alardeado de haber votado sí a la independencia en el referéndum del 9-N.

Mientras, El Plural aseguraba, tras las elecciones, que "ante un escenario tan poco halagüeño, empiezan los movimientos para forzar que Mas sea investido. El número siete de la CUP, el intelectual JuliàdeJòdar, ya se ha descolgado de la postura de su formación. En varios tuits ha reconocido a Mas como uno de los nuestros y ha pedido que no se caiga en el sectarismo de clase.

También apuntaba que algunos intelectuales y personalidades que orbitan alrededor de la formación Catalunya sí que és Pot, también están apretando para que éstos den su voto a Mas.Transformaciones de los partidos

Gutiérrez de Cabiedes augura una radicalización del partido de Mas, "una suerte de huida hacia delante de Mas y otros miembros de Junts pel Sí de Convergencia de Cataluña, que tiene cierta relación y podrá agravarse en caso de avanzar los problemas judiciales por las actuaciones de delincuencia económica y de corrupción de años anteriores en que están implicados (3%, caso Pujol, etc.) así como por las que podrían ser constitutivas de delitos de prevaricación, malversación de caudales y otros, por la realización y el mantenimiento de todas las actuaciones contrarias a la ley y a las resoluciones del Tribunal Constitucional del "proceso" y referéndum de independencia. Esa huida hacia delante puede ser compartida por otros integrantes de JpS, como ERC, pero por motivos diversos, ideológicos y estratégicos", advierte.

"En el caso de Podemos, la falta de claridad sobre en qué bloque de los dos se encuentra, y su discurso centrado en la agenda social, junto a otras razones, ha producido sus decepcionantes resultados en unas elecciones catalanas polarizadas por la cuestión de la independencia. La claridad del discurso actual del PSOE-PSC podría verse afectada por la necesidad de llegar a acuerdos de un eventual próximo gobierno progresista tras las elecciones generales", concluye.

Mientras, Ivan Serrano señala que el sistema de partidos catalán ya se ha reconfigurado. "El independentismo es hegemónico en el catalanismo, el PP queda en un triple empate con CSQP y las CUP, el PSC ha perdido la condición de partido hegemónico, aunque ha superado las expectativas y puede valorar como positivo su afianzamiento junto al PSOE, que aboga por mejorar el sistema autonómico pero sin abordar los aspectos claves reivindicados por el soberanismo".

"La cuestión clave no es la reacción de Junts pel Sí a una oferta que pueda venir del gobierno central después de las elecciones generales, puesto que sería difícil rechazar un proceso negociador, sino más bien si después del resultado de ayer esta propuesta es probable y su magnitud. Mi primera impresión es que el Gobierno español, el actual o el siguiente, tiene aún menos incentivos si cabe a acordar un referéndum, puesto que los resultados de ayer muestran un resultado ajustado para cualquier opción, tanto el sí o el no podrían ganar", concluye.

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