Río de Janeiro, 4 abr.- Brasil registró en el primer trimestre de este año un saldo positivo en su flujo cambiario de 18.720 millones de dólares, valor en un 47,4 % inferior al del mismo período de 2011, informó hoy el Banco Central.
La diferencia entre los dólares que ingresaron a Brasil y los que salieron del país en los tres primeros meses del año pasado había sido de 35.590 millones de dólares.
El saldo cambiario es la diferencia entre la entrada y la salida de divisas del país tanto por la cuenta comercial (exportación e importación de productos y servicios) como por la financiera (inversiones extranjeras, remesas de ganancias y dividendos, entre otros).
El saldo del flujo cambiario en marzo pasado fue positivo en 5.739 millones de dólares, como consecuencia de la entrada de 6.030 millones de dólares por la cuenta comercial y la salida de 291 millones de dólares por la financiera.
El resultado de marzo fue similar al de febrero (5.700 millones de dólares) e inferior al de enero (7.280 millones de dólares).
La reducción de la entrada de recursos en los tres primeros meses del año es resultado de las medidas adoptadas por el Gobierno para frenar el ingreso al país de capitales especulativos.
Entre tales medidas, cuyo fin es frenar la apreciación del real frente al dólar, destaca el aumento de los impuestos sobre los préstamos procedentes del exterior.
El Gobierno decidió imponer restricciones al ingreso de divisas luego de que el país registrara el año pasado un saldo positivo en su flujo cambiario de 65.279 millones de dólares, valor en un 168 por ciento superior al de 2010, como consecuencia no sólo del aumento de las exportaciones sino también de las inversiones extranjeras interesadas en los altos intereses ofrecidos en el país.
El fuerte ingreso de divisas viene presionando una valorización del real, lo que, por su parte, reduce la competitividad de los productos brasileños en el exterior e incentiva las importaciones.
La caída en el saldo del flujo cambiario en el primer trimestre del año contradice los argumentos del Gobierno en el sentido de que Brasil viene enfrentando un "tsunami" de dólares por el exceso de liquidez en los mercados ante las inyecciones de recursos hechas por diferentes gobiernos europeos para enfrentar la crisis financiera mundial.
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