Buenos Aires, 27 mar.- El Gobierno argentino anunció hoy el recorte del 20 por ciento de los subsidios en los servicios básicos de gas y de agua a hogares y comercios a partir del próximo abril.
La medida no afectará a la industria, a los beneficiarios de programas sociales, a los habitantes en zonas de condiciones climáticas extremas ni a aquellos que reduzcan sensiblemente el consumo, explicó en rueda de prensa el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof.
"Es un programa de reasignación de subsidios y de consumo responsable", dijo Kicillof, quien compareció acompañado del ministro de Planificación federal, Julio de Vido.
El recorte de subsidios comenzará a notarse en las facturas del próximo mes, aunque la reducción se aplicará en tres tramos, abril, junio y agosto, precisó De Vido.
Kicillof señaló que el Gobierno pretende "premiar el consumo responsable" de gas y agua, por lo que los usuarios que reduzcan su consumo de gas y agua un 20 por ciento quedarán exentos de la quita y para quienes reduzcan el consumo entre el 5 y el 20 por ciento, el recorte será del 10 %.
El ministro insistió en que "no se trata de terminar con los subsidios, sino de una redistribución" y apuntó que los fondos obtenidos con la medida se destinarán a programas sociales como la Asignación Universal por Hijo porque "el Gobierno sigue comprometido con la política de subsidios" y "seguimos con la idea de que el Estado debe estar presente".
De Vido argumentó que el precio del metro cúbico de gas en Argentina es hasta cinco veces inferior que en la mayoría de países de América Latina y aún menor que en los países europeos, ya que en la actualidad "el consumidor sólo paga el 20 % del precio total (de la tarifa) y el 80 % es afrontado por el Estado".
El ministro defendió la decisión de dejar a la industria al margen del recorte de subsidios para fomentar "la producción y la competitividad".
Aun así, advirtió que aquellos empresarios que encarezcan sus productos sin justificación también perderán los subsidios.
La política de subsidios a los servicios básicos fue impulsada en 2003 por el entonces presidente Néstor Kirchner, esposo y antecesor de la actual mandataria, Cristina Fernández, tras animar el consumo y ampliar el universo de usuarios tras el colapso económico que sacudió a Argentina en 2001.
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