El Gobierno irlandés confía en una cómoda victoria del "sí" en el referéndum

  • El recuento inicial de los votos del referéndum irlandés para la ratificación del tratado europeo de estabilidad, celebrado la víspera, apunta a una cómoda victoria del "sí", afirmó hoy la ministra de Protección Social, Joan Bruton.

Dublín, 1 jun.- El recuento inicial de los votos del referéndum irlandés para la ratificación del tratado europeo de estabilidad, celebrado la víspera, apunta a una cómoda victoria del "sí", afirmó hoy la ministra de Protección Social, Joan Bruton.

El recuento comenzó hoy a las 08.00 GMT y apenas una hora después los cálculos iniciales señalaban que el apoyo del "sí" podría situarse cerca del 60 %, frente al 40 % del "no", según la cadena pública irlandesa RTE.

"Aunque aún es pronto para cantar victoria, las primeras estimaciones parecen indicar que la mayoría del electorado ha apoyado el tratado", dijo la ministra a la RTE.

John McQuirk, portavoz del conservador Libertas, uno de los grupos que se opone al tratado, dio por hecho también la victoria del "sí", aunque opinó que el nuevo tratado "no traerá estabilidad alguna".

Se espera que a media mañana se den a conocer los primeros resultados provisionales de alguna de las 43 circunscripciones irlandesas, mientras el resultado final del referéndum sobre el nuevo tratado de la Unión Europea (UE) se anunciará hacia las 16.00 o 17.00 GMT de hoy en el Castillo de Dublín.

El primer ministro irlandés, Enda Kenny, se confesó "muy esperanzado" con la marcha del recuento y confió en que la consulta ofrezca un "fuerte apoyo" al pacto fiscal europeo, que en todo caso no precisa del apoyo del electorado irlandés para entrar en vigor pues será suficiente con la aprobación de doce miembros de la UE.

La participación en la consulta del jueves fue menor que en otras ocasiones, con un porcentaje provisional del 50 %, lo que podría haber ayudado a los detractores del tratado, pero finalmente el electorado irlandés parece que ha decidido apoyar al Gobierno en tiempos de grave crisis económica.

Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, Irlanda se convirtió en el primer país europeo que se vio obligado a finales de 2010 a aceptar un rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), por 85.000 millones de euros, y tiene en vigor un estricto plan de austeridad que este año le obligará a ahorrar 4.200 millones de euros.

El tratado de estabilidad sometido a votación prevé imponer estrictas políticas presupuestarias a los gobiernos de la Unión Europea.

El Ejecutivo de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, ha advertido de que su rechazo dañaría su posición en la zona euro y podría provocar el descarrilamiento del rescate de la UE y el FMI.

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